La extraña forma en que se rescindió el contrato con la empresa que llevaba el suministro de agua de boca enLa Muela (Gestor de Aguas de Aragón) y las sospechas sobre la posterior adjudicación del servicio a NTA (Ente Gestor de Nuevas Tecnologías del Agua) centraron la sesión de ayer del juicio contra la exalcaldesa Victoria Pinilla y los otros 39 encausados en la Operación Molinos. "Desde el Ayuntamiento, nunca se quejaron del servicio que prestábamos ni de la calidad del agua. Pero nos quitaron el contrato y se lo dieron a NTA", recordó ayer el apoderado de Gestor de Aguas, José Ignacio Heredero.

La Fiscalía está convencida de que la rescisión de este contrato fue ilegal y que detrás del cuestionado relevo estaba la mano de Pinilla. Sobre la legalidad de la decisión ya se pronunció en su día un juez de lo contencioso-administrativo, quien condenó al consistorio de La Muela a readmitir a la empresa Gestión de Aguas y a pagarle 159.000 euros por facturas pendientes. Falta por aclarar si fue la exalcaldesa quien realmente decidió apartar a esta empresa para colocar a NTA. En cualquier caso, el que fuera concejal de Medio Ambiente y ahora acusado JuanCarlos Rodrigo Vela ya aseguró hace unos días que el nuevo contrato se adjudicó a dedo y que la orden la dio Pinilla. "Mariví me dijo que había que dárselo a NTA, pero yo entonces no conocía de nada a Antonio Fando (gerente de la sociedad y también encausado)", indicó el exedil, quien formó parte de la mesa de adjudicación.

El apoderado de Gestión de Aguas de Aragón reconoció ante los magistrados que hubo una serie de reuniones con los representantes municipales para hablar de la rescisión del acuerdo."Pero se celebraron en agosto de 2007, cuando ya habían decidido rescatar anticipadamente el contrato y apartarnos del servicio", indicó. A preguntas de la fiscal Victoria Esponera, José Ignacio Heredero insistió en que "hasta que se celebraron aquellos encuentros, nunca se dijo que el servicio fuera malo". Según el representante de Gestión de Aguas, de haberlo hecho, se hubiera comprobado si realmente había problemas para darles solución."Pero Sanidad hacía continuas inspecciones y tampoco había detectado nada", dijo.

El Ministerio Público sospecha que detrás del supuesto interés de Pinilla por dar este contrato a NTA podía estar el hecho de que el gerente de la empresa, Antonio Fando, hubiera ofrecido a uno de los hijos de la exalcaldesa –Víctor Embarba Pinilla– entrar en el accionariado de la misma. Durante su declaración como acusado, Fando reconoció que se produjo ese ofrecimiento: "Es cierto que se lo ofrecimos, pero porque él tenía experiencia en la gestión del agua a nivel municipal", indicó en su día. De todos modos, aquella propuesta no fraguó.Las gafas de sol de 600 euros

Por otro lado, durante la investigación de este caso la Policía concluyó que Pinilla no tenía ningún empacho en cargar gastos propios al consistorio. Además de comidas privadas con familiares y amigas, la exalcaldesa cargó a las cuentas del municipio hasta sus clases de inglés particulares. También se giró a la Sociedad Cultural Municipal una factura de Óptica Mola por valor de 600 euros, en principio, por el suministro de tres prismáticos y otros tantos termómetros. Pero los agentes y la fiscal creen que aquel cargo se correspondía con la compra de unas gafas de sol que Pinilla regaló a la secretaria del exvicepresidente de Aragón, José Ángel Biel, por facilitarle una reunión con él.

"No recuerdo si atendí a la señora Pinilla, pero yo hice la factura con el concepto que me indicaron", manifestó ayer la empleada de la óptica, que no supo explicar por qué se puso el precio total sin detallar el de cada objeto presuntamente adquirido.