El abandono escolar sube en Aragón y reabre el debate del modelo educativo

La tasa (del 19,4%) sigue por debajo de la media, pero crece y cuestiona si los esfuerzos por cambiar la FP son efectivos.

Un grupo de alumnos, en el patio de un instituto aragonés.
Un grupo de alumnos, en el patio de un instituto aragonés.
Javier Broto

Crece el número de jóvenes aragoneses que deciden colgar los libros aunque tengan, como mucho, el título de la ESO. Y aumenta, precisamente, cuando la media nacional logra un hito que, por otra parte, en Europa, se consideraría alarmante por lo elevado: por primera vez menos de un 20% de los jóvenes españoles de entre 18 y 24 años reconocen haberse ‘fugado’ del sistema demasiado pronto, según datos de la Encuesta de Población Activa.


Aragón siempre ha tenido una posición envidiable dentro del ranquin español (en 2014 logró una cifra del 18,4%), pero este resultado ha empeorado en unas décimas. La Comunidad sigue por debajo de la media (su porcentaje es del 19,4%, frente al 19,97% de España). Por provincias, Zaragoza tiene una tasa del 20,1%; Huesca del 18,5% y Teruel del 16,1% (si bien esta cifra es algo menos segura, porque la muestra de población es pequeña). Las autonomías históricamente bien posicionadas, como Asturias, Cantabria, La Rioja y País Vasco, sufren el mismo varapalo.


Las causas de por qué chavales que tienen como máximo la secundaria de primera etapa u otros niveles incluso anteriores se lanzan a un mercado laboral muy castigado tras la crisis es una incógnita. No obstante, los profesionales del sector tienen en común dos reivindicaciones: lograr un sistema educativo más adaptado a cada estudiante y potenciar los servicios de orientación académica de los institutos, ya que pueden llegar a ser una hoja de ruta de incalculable valor para estos chavales.


"Este abandono no se considera fracaso escolar, pero está muy relacionado con él", explica el presidente de la Asociación Aragonesa de Psicopedagogía, Juan Antonio Planas. "Que un chaval no quiera seguir formándose en muchos casos no es un fracaso suyo, sino de toda la sociedad", aclara. "Abocar a alguien de 17 años a salir al mercado laboral tal y cómo está es un despropósito", continúa. En su opinión, el sistema educativo actual va muy por detrás de las necesidades de los alumnos, y no está siendo capaz de formar a los profesores de secundaria que atienden casos complicados en disciplinas más allá de las académicas.


También critica los programas de FP Básica que, con la Lomce, deberían ‘recoger’ a los alumnos que se van quedando más retrasados y les ofrecen luego una salida hacia un Grado Medio. "Exigen un nivel tan alto y, de nuevo, tan centrado en las disciplinas formales que no resultan efectivos", dice Planas.Un cúmulo de factores

Trabajo queda por hacer cuando en Europa consideran que el porcentaje no debería superar el 15%. Pero los expertos insisten también en que no solo pesan los factores educativos. Antonio Martínez, presidente de la asociación de directores de institutos de Aragón, explica que el abandono escolar temprano no tiene una sola causa, ni es fácil de abordar.


"Hay factores económicos y sociales que han pesado más que otros: con la burbuja inmobiliaria llegó a haber un elevadísimo número de jóvenes que acababan en el ladrillo, porque era dinero fácil", recuerda.


Por eso, la cifra general de abandono escolar ha ido cayendo conforme ha llegado la crisis y ha sido cada vez más complicado lograr un contrato. "Esos índices eran inasumibles y vergonzosos, y deberían haber hecho reflexionar a la sociedad", insiste. Por otra parte, la vuelta de miles de inmigrantes a sus países también ha resultado decisiva, ya que este grupo tenía unos índices de abandono escolar mucho más altos que la media.


Sobre el sistema actual, cree que queda mucho por evaluar. "La Lomce no ha llegado casi a aplicarse, y será positiva o negativa en función de su desarrollo, aunque en programas de atención a la diversidad ya denota cierto déficit", concreta.


Ahora, los alumnos que optan por la FP Básica (a los 15 años) pueden acceder a un Grado Medio, e incluso después a una titulación superior. "Hay que ver si en la FP Básica se ha previsto un nivel adecuado o demasiado elevado, lo que complicaría el acceso de todos los candidatos a esta formación", explica Martínez.


Para las familias, también son unos índices preocupantes y hacen hincapié en que deberían flexibilizarse los planes de formación para dar respuesta a todo tipo de alumnado. "Además falta una apuesta más decidida por los departamentos de orientación, así como dotarles de más medios para seguir atajando el problema", insisten desde Fapar.

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