Desmantelar Inquinosa y limpiar los suelos de la fábrica costará 10 millones

El comité científico que asesora al Gobierno visitó ayer los vertederos y la planta industrial. En junio comenzarán los ensayos de una nueva técnica para la descontaminación del subsuelo.

El comité científico visitó la fábrica junto a representantes políticos y ecologistas.
El comité científico visitó la fábrica junto a representantes políticos y ecologistas.
Rafael Gobantes

El gasto de dinero público en la lucha contra la contaminación de lindano parece no tener fin. A los 53,5 millones de euros invertidos por la Administración desde 1992, fundamentalmente en los vertederos de Bailín y Sardas, se sumará ahora el coste del desmantelamiento de la fábrica de Inquinosa, estimado en unos 10 millones de euros. El Gobierno de Aragón quiere tener listo este mismo año el proyecto, que contempla el derribo de las naves industriales y la limpieza del suelo, aunque no hay fecha para el inicio de los trabajos.


El comité científico encargado de asesorar a la DGA, formado por siete expertos, visitó ayer la fábrica y los vertederos. Los investigadores, acompañados por el consejero Joaquín Olona, conocieron sobre el terreno la situación actual de los suelos contaminados. Con ellos estuvieron también representantes del Ayuntamiento de Sabiñánigo, de los grupos parlamentarios de las Cortes de Aragón y de organizaciones ecologistas, así como la eurodiputada Inés Ayala, dado el interés por contar con financiación de Bruselas.


Los técnicos del departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad les informaron del coste aproximado del desmantelamiento de la fábrica, ahora mismo la actuación más urgente. Si una demolición convencional rondaría los 400.000 euros, en estos terrenos con lindano "no andará lejos de los 10 millones", aseguraron. La operación incluirá el derribo de los edificios (el hormigón está contaminado) y la excavación del suelo medio metro, con el movimiento de casi 100.000 metros cúbicos de tierra. Una parte irá al vertedero de Bailín y otra recibirá un tratamiento in situ, dado su elevado volumen y para evitar los riesgos del transporte por carretera. Previamente, habrá que hacer un trabajo de caracterización del acuífero, el suelo y las edificaciones.


Uno de los principales problemas de esta gran obra de ingeniería ambiental es precisamente el transporte de los suelos contaminados hasta Bailín. El proyecto definirá el trazado, los horarios y los tipos de vehículos. Además, es necesario aislar el acuífero del subsuelo de la fábrica, que está en contacto con el embalse. Y los técnicos buscan sistemas para encapsular el recinto, con una carpa, para evitar la dispersión del polvo generado por los trabajos de demolición y el movimiento de tierras, teniendo en cuenta su ubicación en el casco urbano.


Todo ello se realizará en un corto periodo de tiempo, pues obliga a la reapertura de la celda de seguridad de Bailín (con más de 200.000 metros cúbicos de suelos contaminados), para depositar allí los de la fábrica.


Estas actuaciones deben concretarse en un proyecto que, según el consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, estará finalizado este año. Aclaró que requiere autorización judicial al seguir la propiedad en manos de Inquinosa y de una inmobiliaria, Urmarast. Se trata, dijo, de "un reto tecnológico" con importantes riesgos dada la cercanía al río y a la población. Según añadió, el Gobierno está afrontando el problema de la descontaminación de Sabiñánigo "con total transparencia" y reconociendo "la gravedad del problema".

Experimento contra el lindano

También anunció el inicio el próximo verano de las pruebas con la técnica de oxidación química ISCO. El experimento se ha realizado con éxito en laboratorio y ahora debe trasladarse a Bailín para comprobar su grado de eficacia sobre el terreno. El objetivo del proyecto, con un coste de 1,1 millones de euros financiado al 50% por Europa, es la degradación de los residuos de lindano en fase densa, la más peligrosa, enterrados en el subsuelo a profundidades de entre 20 y 40 metros. Un solo litro puede llegar a contaminar un hectómetro cúbico de agua.


Según explicó la directora general de Sostenibilidad, Sandra Ortega, "es un subsuelo complejo por las capas fragmentadas y el residuo adherido a la roca". Se ha trabajado hasta ahora en la fase experimental y en la preparación, a través de catas, de una celda donde se hará el ensayo, para en junio o julio inyectar el reactivo a diferentes profundidades. "Analizaremos en qué porcentaje es satisfactoria la tecnología, que en laboratorio funciona. Será un hito porque es un proyecto con mucho trabajo detrás y que abre la puerta a eliminar una parte de la contaminación".

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