Las altas temperaturas y la escasez de lluvias propician un futuro repunte de la mosca negra
Javier Lucientes, profesor de parasitología en la UZ, advierte de los efectos de un tiempo anómalo.
La mosca negra es un insecto más que conocido por los vecinos de la ribera del Ebro. Con menor presencia en la capital aragonesa en estos dos últimos años, este pequeño y voraz simúlido causó verdaderos estragos al multiplicar su población en anteriores veranos. Un escenario que puede repetirse si las condiciones meteorológicas actuales se mantienen.
Así lo explica Javier Lucientes, profesor titular de Patología Animal en la Universidad de Zaragoza e integrante del El Instituto Agroalimentario de Aragón (IA2). El investigador apunta que "a principios de enero ya había algunos adultos volando en Zaragoza y varias fases larvarias en el Ebro y el Gállego".
Las altas temperaturas registradas este invierno están detrás de esta circunstancia. "Si continúan las temperaturas como hasta ahora y no llueve mucho, es previsible que se adelante la primera generación de mosca negra y haya un repunte este verano. El invierno está siendo muy beningno con ellas", indica Lucientes.
El experto ahonda en el otro factor, la falta de precipitaciones: "Si lloviese, no solo en Zaragoza sino también en las zonas de los afluentes del Ebro, si hubiese una avenida como otros años, se mitigaría el problema ya que arrastraría las algas río abajo y limpiaría las piedras donde anidan".
Más allá del término municipal
La problemática de la mosca negra supera los límites municipales de la capital. Aunque desde el puente de Piedra sea habitual ver algas en el cauce, las moscas prosperan río abajo, más allá del azud. "La primera generación de mosca negra se desarrolla a la altura de La Cartuja y El Burgo de Ebro. Después, el insecto se va reproduciendo y sería con la tercera generación cuando notaríamos el repunte". Una situación que se daría entre junio y julio.
El hecho de que el Ayuntamiento de Zaragoza intervenga exclusivamente dentro del término municipal hace necesaria la cooperación de las distintas instituciones. "Sería interesante una colaboración entre todas las partes implicadas: DGA, DPZ y ayuntamientos, que cuentan con el apoyo de la Universidad", señala. La mosca negra es capaz de desplazarse hasta 30 kilómetros desde su lugar de nacimiento.
Procesionaria, alergias...
El caluroso invierno que está atravesando el conjunto del país está dando lugar a diversas circunstancias relacionadas directamente con la meteorología. La situación está "afectando de forma muy negativa a los alérgicos con el adelanto de la polinización de ciertas plantas", explica el doctor Carlos Colás, Jefe del Servicio de Alergología del Hospital Clínico de Zaragoza.
También está favoreciendo la reproducción de la procesionaria. Los veterinarios de la provincia ya han comenzado a tratar a algunos de estos animales que se han topado con las orugas en sus paseos diarios, una situación que no suele darse hasta la primavera.
El campo es otro de los lugares donde el mercurio alto se hace notar. Este año ha adelantado la maduración de algunas frutas, como la fresa, y ha quemado etapas en la floración de los almendros, según UAGA-COAG.
