La historia de Jairo, el niño de 3 años de padres zaragozanos que nació en una cárcel de Perú, apunta a tener un final feliz. O, al menos, bastante mejor de como en un principio apuntaba. La abogada que vela por los intereses de su familia, Selene Torres, logró esta semana una prórroga de un mes en el ingreso del pequeño en un orfanato peruano. La letrada confía, además, en que el hecho de que el padre haya visitado semanalmente al niño y a la madre en el penal de Chorrillos -al sur de Lima- sirva para demostrar que el pequeño no está en situación de abandono, como el Estado peruano pretendía declararlo.

El logro de la jurista no es la única buena noticia para el niño. Ni la mejor. Un empresario aragonés afincado en Lima ha salido al paso tras conocer la noticia, avanzada la semana pasada por Heraldo.es, y se va a hacer cargo de la deuda de Francisco Javier Gómez, padre de Jairo, con el país andino.

El progenitor, nacido en Zaragoza en 1965, debe abonar una multa que ronda los 1.800 euros por no tener regularizada su situación en Perú, una cantidad que no puede afrontar pese a trabajar a jornada completa como vigilante en el almacén donde también pasa las noches. El aragonés se vio abocado a esta situación después de que su pareja, Ana Pilar Gracia, ingresara en prisión por un delito de tráfico de drogas y él viajara de urgencia a Sudamérica. El niño, ajeno a todo, iba a resultar el mayor damnificado.

Por el momento, el benefactor prefiere mantener el anonimato, aunque su intervención la confirman tanto el Gobierno autonómico como la Fundación +34, que apoya a los presos españoles en el extranjero y que trasladó la gravedad de la situación a las tres agrupaciones patronales de Perú con presencia española.

De forma paralela, la Fundación +34 está preparando la logística del viaje de Jairo y Francisco a España. La organización está gestionando los billetes y ha contratado a un notario para que vaya a la cárcel y certifique que la madre traspasa el 100% de la custodia al padre. Además, deben hacerse cargo de la visa de Jairo para evitar que su marcha se frustre al tratar de embarcar en el aeropuerto.

Desde la asociación se está buscando también financiación para sufragar los billetes de avión, un último requerimiento que se espera que cubra la fundación social de una aerolínea española. La previsión es que lleguen a casa a mediados de febrero.

Una vez en España, Jairo y Francisco José "podrán acceder a las ayudas que les correspondan", según confirman fuentes del Ejecutivo aragonés. Se podrá cumplir también una de las ilusiones de la madre, "que su chico pase por el manto de la Virgen", revela Javier Casado, presidente de la Fundación +34.

Nacido en prisión

Jairo, que acaba de cumplir los tres años, nació en el hacinado penal de Chorrillos después de que su madre, la zaragozana Ana Pilar Gracia, fuese detenida por narcotráfico en el aeropuerto internacional Jorge Chávez de Lima. Ana Pilar, que ahora tiene 29 años, creció en una casa de acogida regentada por religiosas de la capital aragonesa. A los 18 años empezó a trabajar en un geriátrico, aunque como consecuencia de la crisis prescindieron de ella.

Entonces, sin recursos, acabó en el albergue municipal de Zaragoza. Una red criminal con base en Fuenlabrada y organizada por nigerianos la captó como mula para transportar droga entre Perú y España, prometiéndole 10.000 euros por jugarse el tipo.

Las autoridades peruanas la detuvieron cuando iba a tomar un vuelo con destino a Suiza. Fue juzgada e ingresó en prisión para cumplir seis años y ocho meses de privación de libertad. A los dos meses, en una revisión médica motivada por los síntomas que experimentaba, descubrió que estaba embarazada de Jairo.