Preparados, listos... ¡a la caza de la ganga!

Faltan quince minutos para que sean las diez en punto de la mañana y nada hace presagiar la marea humana que en apenas unos momentos cruzará las puertas del centro comercial que El Corte Inglés tiene en el paseo de Sagasta de la capital aragonesa. Han llegado las rebajas y la gente responde con ilusión a la llamada consumista. "Esperamos una afluencia solo hoy –por ayer– de cerca de 130.000 personas en los cuatro centros que tenemos en Zaragoza", explicaba Isabel Paricio, responsable de Relaciones Externas del Corte.

Marian fue una de las primeras clientes en entrar en busca de ofertas. "Solo compro lo necesario", apuntó entre los mostradores con carteles de 20, 30 y 50% de descuento. Por su parte, en las escaleras mecánicas, una mujer rezongaba ante su marido y su hijo. "Es que los hombres no entendéis de esto", refunfuñó antes de ponerse a la cabeza de las adquisiciones familiares.

Muchos se acercaron a curiosear entre los descuentos, pero hay quien salió ya de casa con la idea de qué adquirir. Por ejemplo, Belén iba a por una camisa, y eso es lo que se llevó ayer. "Pero voy a cotillear un poco más, a ver si cae algo", confesó. Lo mismo le pasó a Raúl, que al poco de comenzar la jornada cargaba con su primera bolsa. "Iba a tiro hecho a por un traje", explicó el hombre, aunque se animó a comprar "un par de cosas más".

Pero no solo los aragoneses disfrutaron de las rebajas. Ángel y Charo son un matrimonio de Figueras que está de paso por Zaragoza estos días, y que ayer quiso unirse a la miríada de compradores que abarrotaron el centro de Zaragoza. "Venimos a mirar zapatos de caballero", indicó decidida Charo antes de continuar su camino entre los estantes. Violeta, una joven enfermera que trabaja en Pamplona, aprovechó sus vacaciones para ir de rebajas al punto de la mañana con su madre, Nuria. "Es el primer año que venimos tan pronto. De hecho, ella –Nuria– se ha cogido un día de fiesta en el trabajo", comentó la chica.

Además, esta marabunta de clientes se cruzó con aquellos que, como Susana y sus hijos Paula y Antonio, acudieron a devolver un regalo. "Vamos a aprovechar y mirar qué hay", resumió Susana. Las vacaciones escolares –las más largas de los últimos años, con 19 días de asueto para los pequeños de la casa– motivaron que fuera habitual ver niños en compañía de sus padres. Entre los peques, división: hubo quienes se lo tomaron con ilusión –"¡Hay que comprar, hay que comprar!", exclamaba emocionado un chiquillo– y quienes, con caras largas, soportaron la espera mientras los mayores se entregaban a las rebajas.

Por las calles, la estampa más frecuente ayer fue la de parejas y pequeños grupos cargados hasta los topes con bolsas. El ambiente en el centro de la capital se asemejó más al de una jornada festiva, dada la cantidad de gente que se lanzó a comprobar los descuentos. Una buena afluencia que parece confirmar las expectativas de los comerciantes, que esperan un incremento de ventas del 6% respecto al año pasado.El podio de lo más deseado

Como es habitual, la ropa –sea para hombre, mujer o niño– se lleva la palma a la hora de vaciarse los bolsillos en la campaña de rebajas. Prendas de abrigo y para la lluvia siguen siendo las opciones preferidas entre los cazadores de ofertas, incluso a pesar de que las precipitaciones y el frío se están dejando ver poco por Aragón. Además, las modas sanas –el gimnasio y el ‘running’ cobran especial fuerza entre los que han sobrevivido a las comilonas navideñas– impulsan la venta de prendas deportivas.

Por eso las ofertas en estos productos, además de emocionar a los clientes, impulsan el sector textil, que durante enero y febrero registra el 25% de todas las compras de ropa del año. "Comenzamos las rebajas con ilusión porque, además de que hemos cerrado el año 2015 en positivo, la previsión para 2016 es continuar en esta línea ascendente y de recuperación de las ventas", indicó Eduardo Zamácola, presidente de Acotex, la patronal de empresas textiles.