Calculan que la gripe será la responsable de hasta el 18% de las bajas laborales del invierno

La campaña de vacunación frente a la gripe y al neumococo concluyó a mediados de diciembre en toda la Comunidad y en la provincia se espera mantener los altos niveles de cobertura vacunal de otros años, pues suele ser superior al resto de la región. La bonanza de las temperaturas, más llevaderas de lo habitual por estas fechas, ha permitido que la actividad gripal no sea significativa. Sin embargo, las previsiones de cada invierno apuntan a que una buena parte de la población se enfrentará a la crudeza del virus, principalmente por no estar inmunizado.

De esta forma, entre el 10 y el 18% de las bajas laborales que se produzcan este invierno pueden deberse a la gripe, según un informe interno elaborado por Unipresalud, que también muestra que la previsión de cifras de vacunación entre los trabajadores españoles en la campaña 2015-2016 va a ser similar a la de otros años.

La vacunación antigripal y antineumocócica es la más eficiente medida para evitar las complicaciones que ambas patologías provocan, especialmente en personas con enfermedades crónicas que pueden ver su estado de salud comprometido y agravado, hasta el punto de correr riesgo mortal al complicarse las patologías previas. La inmunización para las personas que así lo tienen recomendado por su médico es universal, voluntaria y gratuita.

Pero lo cierto es que si alguien no se encuentra entre los grupos de riesgo es normal que no practique la profilaxis frente a este virus, que puede ‘atacar’ en cualquier circunstancia. Los especialistas recuerdan, no obstante, que la mejor medida preventiva es la vacunación antigripal, con una eficacia entorno del 60%, según temporadas. Esto quiere decir que hay personas que pese a estar vacunadas pueden tener una gripe, pero en general, más leve y con menos complicaciones que en población no inmunizada.

Otras medidas eficaces para disminuir la transmisión de la enfermedad y el consiguiente contagio son ponerse un pañuelo desechable en boca y nariz al toser o estornudar, lavarse con frecuencia las manos y ventilar adecuadamente los espacios cerrados.

La gripe es una enfermedad producida por un virus y todos los años se producen epidemias con la llegada del mal tiempo. Habitualmente se pasa como mucho una vez al año, a diferencia de los catarros, que pueden ser múltiples a lo largo del año.

Se caracteriza por malestar general, fiebre alta (por encima de 380), dolores musculares, cansancio y falta de apetito. Al igual que los catarros, puede producir afectación de vías respiratorias altas con congestión nasal, dolor de garganta, tos y estornudos.

La fiebre alta, la afectación general y el estar en un contexto de epidemia de gripe ayudarán a los ciudadanos diferenciarla de un simple catarro.

Ante el inicio de los síntomas de gripe en una persona adulta, desde la Sociedad de Medicina de Familia se recomienda comenzar con un tratamiento sintomático: paracetamol de un gramo, tres veces al día o ibuprofeno de 600 miligramos, tres veces al día. A esto se debe añadir una hidratación adecuada y puntualmente descongestionantes nasales si hiciera falta. No se deben utilizar antibióticos, salvo por indicación del médico, porque no son eficaces contra los virus y lo único que se hace es crear resistencias bacterianas.

Del mismo modo es conveniente no acudir a lugares cerrados (trabajo, colegio, guardería o lugares públicos) para evitar contagiar a otras personas. Los adultos sin patología de base no precisan supervisión médica. El cuadro gripal dura entre siete y diez días, con y sin tratamiento. Por su parte, las personas con síntomas que pertenezcan a grupos de riesgo deben consultar a su médico de Atención Primaria.