La Nochebuena fuera de casa de cientos de aragoneses

Hospitales, residencias, parques de bomberos y albergues preparan cenas especiales para esta noche.

Decoración navideña en el hospital Miguel Servet.
Decoración navideña en el hospital Miguel Servet.

Nochebuena y Navidad son los días, por tradición, más familiares del año. Muchos son los aragoneses que vuelven a casa para estas fechas y es común que las familias se reúnan alrededor de la mesa para disfrutar de una tranquila velada. Sin embargo, por diversas circunstancias, cientos de aragoneses no pueden pasar la noche con su familia.


Este es el caso de los militares que están destinados fuera de la comunidad autónoma. Según los datos facilitados por el Ministerio de Defensa, un total de 57 aragoneses participan actualmente en misiones internacionales. “Estas personas continúan cumpliendo la misión, aunque el personal libre de servicio sí que participa en una cena tradicional”, especifican desde el ministerio. Asimismo, recalcan que generalmente toman un menú formado por carne, pescado o marisco, turrones, polvorones y mazapanes. La mesa está decorada con los adornos navideños comunes, “para crear un ambiente en el que cada uno se sienta lo más a gusto posible, a pesar de estar lejos de sus familias”.


Otras profesiones o circunstancias no implican tanta distancia con los familiares, aunque sí que impiden una cena conjunta. Este es el caso de los policías o bomberos. Por ejemplo, los bomberos de la DPZ suelen disfrutar de una Nochebuena y Navidad “tranquilas”. “A pesar de que trabajamos como un día más, tiende a haber menos avisos porque la gente está reunida en sus casas”, explica Florencio Pascual, sargento de los bomberos de la Diputación de Zaragoza.


Los accidentes en las carreteras secundarias y algunos problemas con las chimeneas suelen ser los incidentes más comunes en estas fechas. No obstante, si no hay problemas, dedican buena parte de la tarde a preparar las viandas para celebrar la Nochebuena. “Una persona del turno compra la cena y después cocinamos entre todos”, sostiene. Este año, él ha sido el encargado y van a preparar una zarzuela de marisco. Además tendrán turrón casero, “ya que lo prepara la madre de un compañero”, y bombones.


Por su parte, en los hospitales se realizan menús especiales para los pacientes. En estos casos, la gastronomía aragonesa tiene un papel primordial. En el Miguel Servet, los enfermos tomarán cardo en salsa de almendras y piñones, al que seguirá una suprema de merluza con muselina de ajos y setas. En el Clínico comerán de entrante una tartaleta rellena de buey, centollo y queso gratinado. Le seguirá una crema de espárragos verdes y tostones fritos y, de segundo, tendrán lomos de bacalao a la plancha con setas de cardo, crujiente ibérico y cebolla caramelizada. Además, durante estos días se decoran todas las plantas y la gran mayoría de ellas cuentan con su propio belén y árbol de Navidad.


Los presos también tienen un menú diferente para esta noche. En la cárcel de Daroca disfrutarán de un salpicón de marisco, pollo asado y polvorones. “Las instituciones intentan acelerar los permisos penitenciarios para que coincidan para estas fechas. Además, se incrementan las comunicaciones familiares”, señala José Carlos Muñoz, delegado de CC. OO. de instituciones penitenciarias de la provincia de Zaragoza. También realizan alguna actividad especial, como cantar villancicos o participar en un concurso de postales navideñas. “Cada año, en Daroca una profesión debe realizar un belén que se sitúa en la fuente del municipio, el año pasado nos tocó a nosotros y realizamos uno con forma de cárcel”, explica.


Otra situación es la que viven aquellas personas que no tienen recursos económicos suficientes. En estos casos hay muchas variantes. Por ejemplo, los residentes en el albergue “suelen vivir estas fechas con tristeza, puesto que muchos de ellos no tienen familia y tampoco recursos”, mientras que los de la Casa Amparo “rememoran momentos de su juventud”. Así lo cuenta Gustavo García, encargado de ambos espacios.


No obstante, la Navidad sigue ocupando un lugar importante en estos lugares. En ambos se disfruta de una cena y comida especial y hay decoración navideña. “En el albergue, como hay personas de diferentes nacionalidades y no tienen muchos ánimos de fiesta, la celebración es más tranquila”, explica García. Hay un mayor flexibilidad de horarios, se acepta a todas las personas que quieran pasar la noche allí y se hace un menú especial. Este año, cenarán cardo al azafrán, pudin de pescado y marisco con salsa de tomate, de postre pastel de queso con arándanos y turrón. Todo ello acompañado de sidra.


Por su parte, en la Casa Amparo, donde viven unas 170 personas mayores, hay actividades diarias desde el pasado 16 de diciembre hasta el 6 de enero. En concreto, este jueves recibirán la visita del alcalde y de la consejera de Acción Social, Luisa Broto. Este encuentro coincidirá con la actuación de una rondalla de la escuela musical. Además, a las 18.00 vivirán su particular misa del gallo -que tradicionalmente se lleva a cabo a las 00.00.


Posteriormente, disfrutarán de una cena en la que tendrá especial importancia la tradición. “A las personas mayores les gusta lo tradicional, por eso, hemos preparado una crema de boletus, ensalada de pollo, bacalao a la vizcaína, piña natural, surtido de turrón, mandarina y té con anís”, apunta Gustavo García. Al mismo tiempo, señala que el postre hace referencia a su niñez, puesto que en aquellos tiempos, la mandarina era una fruta cara y preciada, mientras que el anís era el alcohol de los que menos recursos tenían. “En estos días disfrutan mucho porque recuerdan otras épocas, realizan actividades para salir de la rutina y acuden visitas de niños”, recalca.

Los niños también disfrutan de la Navidad

El espíritu navideño también llega a los centros de menores gestionados por el Gobierno de Aragón. Las razones de su estancia son muy variadas y aunque algunos de ellos -dependiendo de la residencia en la que se encuentren- pueden pasar algún día con su familia, o incluso, todas las fiestas; otros deben continuar ingresados. “En esos casos, intentamos que se sientan como en casa: se flexibilizan horarios, se realizan actividades fuera de la residencia, se eliminan las tareas del colegio y hay más caprichos”, explica Mª Carmen García, directora de dos centros dependientes de la DGA.


Durante estos días, los menores que se encuentran en estos centros han decorado la residencia con un belén, postales, lazos... “todo está colgado por las paredes, e incluso tienen decoración especial en la puerta de sus habitaciones”. Asimismo, tienen previsto realizar varias actividades como ir al cine, visitar el belén o patinar. “También hacemos actividades especiales en la residencia, como un taller con plastilina para crear un árbol de Navidad o preparamos un amigo invisible entre todos”, señala.


Esta noche, después de una cena especial, en la que no faltarán los turrones y mazapanes, recibirán la visita de Papa Noel. “Ellos escriben la carta a principios de diciembre y después se la enviamos a Papa Noel y los Reyes Magos para que traigan todos los regalos posibles”, destaca. De hecho, generalmente, Papa Noel se dedica más a presentes individuales, mientras los Reyes Magos llevan juegos y libros para compartir entre todos. “Se ríen y disfrutan. Realmente son muy agradecidos y nos alegran a todos los que conocemos sus historias”, sostiene García.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión