Un 21% menos de agua en dos décadas para la cuenca del Ebro

Las aportaciones hídricas a los ríos llevan cayendo desde la década de 1940, en gran parte debido al cambio climático, según los ecologistas.

Zaragoza despues de la tormenta
Zaragoza despues de la tormenta
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El Ebro y todos los ríos de su cuenca son cada vez menos caudalosos, y las previsiones de cara a un futuro no son nada halagüeñas.


En el marco de la cumbre sobre el clima (COP21) celebrada en París, Ecologistas en Acción ha publicado un informe en el que alerta de que los recursos hídricos de España han caído notablemente en los últimos tiempos, haciendo especial hincapié en el Ebro y sus afluentes, que es la cuenca que más cantidad de agua ha perdido solo por detrás del la del Segura -la que mayor déficit hídrico tiene reconocido- dentro de las demarcaciones hidrográficas.


En concreto, el informe recoge que las aportaciones de agua que llegan a los ríos de la cuenca del Ebro (mediante lluvias y otros procesos naturales) han caído un 21,1% con respecto a la media que había entre 1940 y 1995, debido, principalmente, al descenso de las precipitaciones y el aumento de las temperaturas, lo que favorece la evaporación. 


“Con los datos disponibles, podemos afirmar que en las últimas dos décadas ya se está produciendo una reducción significativa en las aportaciones en régimen natural a los ríos, y por tanto de los recursos hídricos disponibles” explican desde la oenegé, donde avisan que los datos de su estudio no parten de ninguna elucubración, sino de recoger y comparar los informes aportados por los organismos oficiales.


De hecho, en 2010, el Centro de Estudios y Experimientación de Obras Públicas dependiente del Ministerio de Medio Ambiente (CEDEX) ya elaboró una memoria por encargo del Gobierno en la que atisbaba una evolución similar poniendo en el eje de la ecuación al cambio climático: en el caso de la cuenca del Ebro, este organismo preveía que para el periodo 2070-2100 el ecosistema del río más caudaloso de España podría perder entre un 18 y un 32% de su masa de agua.


A nivel nacional el contraste tampoco es nada beneficioso. La organización ecologista afirma que entre todas las cuencas de España el país ha perdido cerca de un 20% de sus recursos hídricos en solo 25 años, y que el porcentaje seguirá bajando si no se toman medidas como reducir los consumos de agua de regadíos y rentabilizar la destinada a consumo humano e industrial.


Del mismo modo, los efectos más extremos asociados al agua (el informe cita la riada de este año en Aragón y los problemas de sequía posteriores) se verán acrecentados de seguir aumentando las temperaturas ya que con ellas se incrementarán la frecuencia de los episodios de lluvias intensas y avenidas repentinas; mientras que, por otro lado, el cambio de usos del suelo hacia el urbano, “el otro componente del cambio global”, señalas los ecologistas, incrementará la exposición de bienes y personas a las inundaciones.El Ebro, más silencioso que nunca al pasar por el Pilar


Los efectos de todo esto se empiezan a dejar intuir en una de las imágenes más icónicas del Ebro. A su paso por el Pilar, una estación de aforos lleva registrando desde 1913 la altura y el caudal del río. Los datos hay que tomarlos con cautela, ya que según concretan desde la CHE los métodos de medición han cambiado notablemente durante todo este tiempo, en los que además ha influido en los caudales del río la construcción de infraestructuras y otros factores que no van puramente ligados con la evolución de la masa de agua; además de que el Ebro cuenta con un gran estiaje. Pero una mirada a la evolución del caudal medio anual del río durante las últimas décadas muestra un claro perfil descendente a su paso por el centro de Zaragoza.


No en vano, dese la propia CHE también se han elaborado en varias ocasiones tomas de control para conocer cómo podría afectar el cambio climático a la evolución del río. En 2008, un estudio encargado por la Confederación a la Universidad de La Coruña dictaminó también que las pérdidas de caudal en muchos ríos podrían superar el 20% en las próximas décadas, además de concretar que, en lo que respecta únicamente al Ebro, sus aportaciones en régimen natural habían caído un 14% en el último cuarto de siglo.


Ante este panorama, el informe de Ecologistas en Acción recoge que con el paso de los años pueden pasar a situación de déficit estructural también las demarcaciones hidrográficas del Júcar, Guadiana, Guadalquivir, Cuencas Internas de Cataluña, Cuencas Mediterráneas, y parte de las del Tajo y el Ebro, aproximadamente la mitad de la superficie peninsular, lo que acrecentará a su vez las tensiones políticas por la gestión del agua que en su día motivaron los planes del trasvase del Ebro, y que ahora han vuelto a ser nombrados a lo largo del año electoral. 

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