Una seta tóxica hallada en Burgos, de aspecto parecido a la de cardo, también crece en Soria

Los vecinos de Trévago hallaron ejemplares en sus praderas y los confundieron con setas de espino, que no son comestibles.

'Paralepistopsis amoenolens' es el nombre de la seta tóxica hallada en Burgos y que, según los micólogos ligados a la provincia, ya era conocida en Soria.
'Paralepistopsis amoenolens' es el nombre de la seta tóxica hallada en Burgos y que, según los micólogos ligados a la provincia, ya era conocida en Soria.
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Tras advertir en Burgos del hallazgo de una seta tóxica, la Paralepistopsis amoenolens, de aspecto parecido a la setas de cardo y a especies no comestibles como las setas de embudo o de espino, lepista fláccida y clitocybe gibba, Yolanda Santos afirmó que la especie "ya era conocida por los micólogos sorianos desde hace muchos años y que, al confundirse más con especies no comestibles, no ha habido casos de intoxicaciones registradas en Soria".


Los vecinos de la zona de Trévago ya habían dado cuenta de la Paralepistopsis amoenolens hallada en las praderas de esta localidad, en algunas de las jornadas micológicas que se han desarrollado en la zona, y que había sido confundida con setas de espino, según precisó Santos.


No obstante, la experta señaló que no hay motivo de alarma siempre y cuando las personas que vayan al monte a por setas sepan lo que cogen para no confundirlas con las de cardo que sí son comestibles.


Por su parte, el experto en micología y colaborador en las jornadas de varios pueblos soriano, José Cuesta, coincidió con Santos en que "la especie puede que se encuentre en algunos lugares de la provincia de terrenos con características similares pero que no es motivo de alarma". Asimismo remarcó que "personalmente no ha encontrado ningún ejemplar de esta especie en Soria".


La Paralepistopsis amoenolens fue encontrada en la zona periurbana de Burgos, especialmente en el Cerro de San Miguel, en un terreno "más de campo que de bosque, similar a donde prolifera la seta de cardo", indicó Jesús Javier Andrés, del Centro Micológico de Navaleno. "Tenemos terrenos parecidos a los del cerro San Miguel con lo cual esta seta puede fructificar en Soria".


Los tres especialistas pusieron especial énfasis en "saber diferenciarlas" para evitar posibles intoxicaciones. Una de las formas de reconocer esta especie tóxica es por su "olor a anís", según indicó Cuesta. Sin embargo, Yolanda Santos asegura que las personas inexpertas puede que "tampoco la sepan reconocer por el aroma ya que la mayoría de las setas huelen a tierra apenas cogerlas".


La Paralepistopsis amoenolens posee una carga tóxica que afecta al sistema nervioso, no hay antídoto ni tratamiento determinados y el síndrome puede durar días o meses. "La toxicidad que tiene es neurológica. Da dolor en las extremidades, en las manos y en los pies. Y es difícil determinar que la causa es una intoxicación por hongos porque es muy poco conocida", explicó en Diario de Burgos el micólogo castellano y leonés, Francisco Javier Carlón, quien aseguró que su proliferación en la zona se debe al cambio climático, aseveración que no comparte José Cuesta que remarcó que "los cambios en

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