El doble cambio de legislatura retrasa la reforma para proteger la vecindad civil aragonesa

La iniciativa, que pasa por modificar el Código Civil, fue impulsada por el PAR y ya había llegado al Congreso de los diputados.

Imagen del pleno de investidura de Javier Lambán en las Cortes de Aragón.
Imagen del pleno de las Cortes de Aragón.
José Miguel Marco

La iniciativa de las Cortes de Aragón que pretendía una modificación del Código Civil para aumentar la protección de la vecindad aragonesa tendrá que esperar. Han sido los cambios de legislatura, en mayo a nivel autonómico y el próximo mes de diciembre a nivel estatal, los que han motivado este retraso.


Esta modificación fue impulsada por el PAR en las Cortes de Aragón el año pasado. En diciembre de 2014 se llevó a Pleno y allí obtuvo el respaldo unánime de los diputados. El siguiente paso fue enviar el texto legislativo a la Mesa del Congreso. En la Cámara Baja consta como recibido a mediados de enero de 2015.


El texto que salió de las Cortes, que adquirió la forma de proposición de ley, defendía que el actual Código Civil debía cambiar dos aspectos. En primer lugar, el supuesto que establece que una determinada vecindad se pierde por vivir de forma continuada durante 10 años en un lugar distinto al de nacimiento (que es el hecho que suele establecer la vecindad) si el interesado no manifiesta que quiere mantenerla. Por otro lado, también se solicita que el tiempo que por ley se le brinda a los hijos emancipados para optar por cambiar la vecindad que se les otorgó al nacer pase de un año a cinco años “dejando así mayores posibilidades a la libertad de decisión”.


Aunque se trata de una cuestión que suele pasar desapercibida para la mayoría de ciudadanos, la vecindad es muy importante. Aragón, como Navarra o Cataluña, tiene normas de derecho propio que en varios aspectos son más ventajosas que las del derecho común, que es aquel que rige en los territorios sin derechos forales. El Derecho foral aragonés, por citar tan solo algunos ejemplos, establece diferencias ventajosas en materia de viudedad, sucesión hereditaria, régimen matrimonial o custodia compartida.

Nueva ponencia

El retraso de la tramitación parlamentaria en el Congreso partió de las Cortes de Aragón. Así lo dijo ante el Pleno el presidente de la Cámara, Jesús Posada, el pasado 13 de octubre. “Quiero decirles que esta Presidencia debe informar al Pleno de que se ha recibido un escrito, por mí mismo, del presidente de las Cortes de Aragón solicitando el aplazamiento del debate”, consta en el diario de sesiones.


Fuentes de la Mesa de las Cortes han explicado que se optó por retrasar la tramitación de esta proposición de ley porque varios diputados que formaban parte de la ponencia que se desplazaría a Madrid en representación de la Cámara para defender el texto habían dejado de ser diputados. Entre ellos destacaban el exportavoz del PAR, Alfredo Boné, y de José Luis Soro, exportavoz de CHA y actual consejero de Territorio, Movilidad y Vivienda.


La iniciativa no caduca y se retomará, afirman, aunque previamente habrá que constituir una nueva ponencia que acuda hasta la carrera de San Jerónimo para defender el cambio y convencer así a los diputados del voto favorable. De salir adelante, esta modificación no solo beneficiaría a los aragoneses: también sería positivo para el resto de territorios con derecho propio.


Pero la pelota no solo está sobre el tejado de los diputados aragoneses, pues habrá que esperar hasta que las Cortes Generales que salgan de las urnas el próximo 20 de diciembre sean constituidas, algo que sucederá el 13 de enero.

Defensa férrea

El texto que se ha enviado al Congreso defiende sin ambages la importancia de la vecindad civil aragonesa. “En Aragón hablar de raíces es hablar de nuestro derecho propio, del derecho foral que históricamente ha presidido nuestra convivencia”, se afirma en un apartado de la proposición de ley.


Sobre la pérdida de la vecindad tras 10 años residiendo fuera de la Comunidad, la iniciativa valora que “no parece lógico que quienes tienen el estatuto personal y la vecindad civil de aragoneses, por haberlo sido sus bisabuelos, abuelos y padres, puedan perderlo por descuido o inercia”. “Se impone al ciudadano un resultado que en muchos casos no habrá sido pensado ni querido”, se dice a continuación, para añadir que “es la ley quien decide por él, con perjuicio al principio de seguridad jurídica y autonomía de la voluntad”.

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