Ana Belén: “Agradezco los premios, pero a lo mejor me los dan ya por mi edad”

Llega a Zaragoza encarnando a la hechicera ‘Medea’, su cuarta mujer de tragedia griega después de ‘Antígona’, ‘Fedra’ y ‘Electra’, ¿qué le aportan estos personajes femeninos para volver a ellos?

Todo lo que estamos sufriendo en este siglo XXI, y casi yo diría que desgraciadamente, nos lo han contado los clásicos, desde el teatro grecorromano a los de nuestro Siglo de Oro. Los clásicos hablan de los cimientos del ser humano y en nuestro mundo todavía nos regimos por las pasiones que reflejan.

Y ¿por qué pasiones se rige Ana Belén?

Ahora mismo, por el teatro, me apasiona. Es una gran suerte poder dedicarte y vivir de lo que una vez de niña peleaste.

Volvamos a ‘Medea’, esta tragedia de Eurípides se estrenó en el 431 antes de Cristo, ¿qué vigencia tiene hoy esta mujer que mata a sus propios hijos?

Ese acto tremendo que comete Medea lo estamos viendo hoy. Lo que ocurre es que yo, como actriz, tengo la premisa de no juzgar nunca a mis personajes. Lo que sí intento hacer es entender. Esto es un poco lo que todos queremos cuando escuchamos noticias atroces. Necesitamos entender, lo que no significa juzgar ni ponerte necesariamente de un lado o de otro.

Acaba de terminar la gira española de ‘Canciones regaladas’ por 23 ciudades, ¿cómo hace para llegar a todo?

He tenido momentos de bastante agobio cuando me coincidían los ensayos, pero luego las cosas se ponen en su sitio. Mis amigos me dicen siempre aquello de «tú puedes», y entonces me vengo arriba y me lo creo. No he tenido descanso y desconexión, porque las cosas vienen como vienen en esta profesión y hay que agradecerlo.

Tras bajarse del escenario en Zaragoza va a recoger con Víctor Manuel a Las Vegas el Premio Grammy Latino a la Excelencia Musical, ¿qué supone?

Siempre agradezco los premios, muchísimo, suelo pensar que se han equivocado, que no tenían otro nombre más a mano y se han acordado de mí. A lo mejor también me los dan ya por mi edad.

Hablando de edad, ¿es el teatro el refugio de las actrices españolas ante la obsesión del cine y la televisión por la juventud?

Para mí, el teatro siempre ha sido un refugio y un volver a encontrarme con las raíces y la esencia de la profesión. No es una cuestión de ahora, porque cuando hacía más cine y conciertos siempre regresaba al teatro. No es mi caso, pero cuando te conviertes en una actriz, no actor, de una determinada edad, las cosas se complican. Es un mal general de la sociedad malgastar y no aprovechar la sabiduría de gente que tiene experiencia.

Va a volver a la gran pantalla...

Espero que sí, tengo un papel en la película de Fernando Trueba ‘La reina de España’, la segunda parte de ‘La niña de tus ojos’, pero hasta que no esté rodando no me lo creo (risas).

Cuando a estas alturas le recordamos que fue un mito erótico, ¿cómo le sienta?

Me hace gracia, pero no fue verdad. Los mitos eróticos eran mujeres muy prototípicas, lo que nunca ha sido mi caso. A lo mejor se referían así a que algunos de mis trabajos les habían marcado.

Ha logrado mantener su intimidad a raya, ¿cuál es el secreto?

Yo soy una persona muy discreta y nunca he ido en contra de mí. Siempre he querido que se me conozca por mi trabajo y sé perfectamente cuándo tengo que dar un poco más. He marcado los límites a base de años y de decir muchas veces que no, aunque me hayan llamado antipática.

Siempre ha manifestado su postura política de izquierdas, pero últimamente está poco activa, ¿le ha desencantado la política?

Sigo como siempre, viviendo la política como cualquier ciudadano que se forma una opinión con lo que lee y escucha. No estoy desencantada ni quiero generalizar, pero hay gente que ha hecho de la política algo detestable y deleznable y la han desprestigiado.

Seguro que tiene alguna anécdota relacionada con Zaragoza...

Para un Pilar dimos un concierto en el campo de fútbol. Justo el 12 de octubre, en el hotel, coincidimos con Bigas Luna, que nos habló con entusiasmo de las fiestas. Era un auténtico forofo de ellas.