La juez admite todas las pruebas de la DGA y desoye los intentos de Cataluña de parar el proceso de Sijena

Aragón dice a Cataluña: devuelve al monasterio de Sijena las pinturas murales. Y Cataluña responde: qué bien las conservo. ¿A dónde vas? Manzanas traigo. La Generalitat y el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) intentaron ayer por todos los medios, con más de diez excepciones, paralizar el proceso por el que el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Villanueva de Sijena reclaman la devolución de 43 obras del Real Monasterio de Sijena. La magistrada del Juzgado de Primera Instancia 2 de Huesca desoyó en la vista previa, que se prolongó durante seis horas, sus intentos de deslegitimar a los demandantes para exigir el arte y fijó la celebración del juicio para los días 18 y 19 de enero de 2016, que se podría prolongar hasta el 20. Además, aceptó todas y cada una de las pruebas presentadas por la DGA.

Por ello, el letrado del Gobierno de Aragón, Alberto Gimeno, se mostró satisfecho porque además resumió que los demandados no tienen "ningún título de propiedad que justifique que las pinturas estén en el Museo Nacional de Arte de Cataluña" y, por lo tanto, si sus propietarias piden los bienes, tienen que volver, por lo que estén bien conservados es "irrelevante". Y la DGA actúa en su nombre. De hecho, este proceso se inicia meses después de la sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 1 de Huesca, que declaraba nulas las ventas a Cataluña de 97 piezas el monasterio y ordenaba su devolución.

Gimeno solicitó la impugnación de un supuesto contrato de depósito de las pinturas de 1992 presentado por la Generalitat, que a su juicio carece de sentido porque las obras llevan en Cataluña desde 1940. Además, está firmado por la Generalitat, a pesar de que recibió las obras el Museo de Barcelona (Ayuntamiento), que se convirtió en el MNAC. También se cuestiona la autoridad sobre Sijena de la religiosa firmante. Aunque fuera válido, deja de serlo cuando la propiedad pide el reintegro, argumentó.

Al mismo tiempo, el abogado de la DGA celebró el resultado de la vista porque el representante del MNAC, Abel Garriga, aprovechó una petición del Ayuntamiento de Villanueva de Sijena de ampliar la demanda a todas las obras del monasterio que puedan encontrarse en el centro museístico –desconocen cuántas porque no han podido acceder a los fondos– para intentar reducirla. Sin embargo, Garriga maniobró sin éxito para que el objeto de litigio se limitara solo a decena de pinturas de la sala capitular del cenobio, de las 43 que se demandan desde Aragón.Sus estrategias fallidas

La estrategia de la Generalitat y el MNAC comenzó con una inusual retahíla de excepciones procesales, que costó despacharlas casi dos horas, con las que intentaron deslegitimar tanto al Gobierno de Aragón como al Ayuntamiento de Villanueva de Sijena para reclamar las obras. No funcionó, pero también cuestionaron el documento notarial por el que la priora de la Federación Sanjuanista de España, Virginia Calatayud Alexandre, cede los derechos a la DGA en 2013 para reclamar la devolución de las pinturas. Además, esta última presentó un documento de la Conferencia Episcopal Española que autoriza la delegación de poderes.

No obstante, a petición de la parte contraria, la juez pidió al abogado de la DGA que entregue en dos días los estatutos de la Federación y le dio un día más para aclarar si la monja de clausura Virginia Calatayud sigue siendo la representante, para decidir si acude al juicio como parte o se la cita como testigo.

Con todo, el letrado Alberto Gimeno argumentó que no solo plantea la demanda como representante de las monjas sanjuanistas que ocupaban el cenobio cuando se arrancaron las pinturas al inicio de la Guerra Civil en 1936, sino en nombre de la DGA como titular de las competencias en materia de patrimonio, ya que está declarado BIC (Bien de Interés Cultural).

Por otro lado, responsabilizó al Gobierno central, que está como parte demandada, de "inacción" por incumplir la orden de 1951 la Dirección General de Bellas Artes que planteaba que las obras tenían que regresar al monasterio. Además, apuntó que no solo arrancaron pinturas en 1936 sino también en 1961. Gimeno recordó el compromiso de licitar en 2016 la restauración de la sala capitular para acoger las pinturas.

Seis horas de vista previa (de 10.06 a 15.55) dieron para muchos recursos de reposición, inadmisiones y sucesivas protestas, principalmente, por parte de los abogados del MNAC, Abel Garriga, y de la Generalitat, Xavier Muñoz, en ese propósito de abortar el proceso o de jugar a "la teoría de la confusión", como calificaron los aragoneses. La juez Silvia Ferreruela les pidió en reiteradas ocasiones durante la primera hora que no le volvieran a interrumpir mientras les aclaraba cuál era el procedimiento al que pusieron objeciones.

Sin embargo, esa retahíla de excepciones no fueron suficientes para paralizar el procedimiento. Además, la Generalitat aportó como prueba el citado supuesto contrato de depósito de las piezas de 1992, que también cuestiona el abogado del Ayuntamiento de Villanueva de Sijena, Jorge Español. Este último se mostró contrariado porque la juez no admitió todas sus pruebas, como un informe del historiador Juan José Nieto, y ni siquiera la posibilidad de investigar en el MNAC cuántas obras hay de Sijena.

A partir de ahí, Cataluña basó sus argucias en el trabajo de conservación realizado durante los más de 70 años que hace que las pinturas se encuentran allí y ambos letrados se empeñaron en que se analizara en el juicio. Y lo consiguieron, pero los abogados aragoneses están convencidos de que no es sustancial a un proceso que pide la devolución de un bien. Aragón no duda de que la justicia le volverá a dar la razón.