Descienden los aragoneses que no tienen internet por falta de recursos, pero son más de 61.000

No todo el mundo puede permitirse tener internet. En los últimos años, cada vez era más común que aumentara el número de personas que no tenían acceso a la red por no tener ingresos suficientes. Mientras que el número de personas que no tenían internet iba descendiendo de manera paulatina hasta quedarse en poco más de 137.000 personas, crecían los aragoneses que no podían pagar el equipo o la red.

“Si cobras una ayuda de 450 euros o tienes un trabajo con el Sueldo Mínimo Interprofesional (SMI), que está en los 648,60 euros, no puedes permitirte un gasto de 50 o 60 euros al mes, ya que con eso, pagas buena parte de la factura de la luz”, señala Rosa Sánchez, representante del Espacio de Derechos Sociales de Marea Naranja. Sin embargo, con el aumento de los trabajos temporales y la bajada del IPC, el número de personas que no tienen acceso a internet por falta de recursos se ha reducido por primera vez en tres años.

Según los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), mientras que en 2014, el 63% de los que no tenían internet era por considerarlo excesivamente caro -alrededor de 86.000 personas-, un año después esta cifra descendía hasta el 58% -más de 61.000-, lo que supone casi 25.000 aragoneses menos que no tienen acceso a la red por ser demasiado caro.

Todo esto se ha traducido en que en el último año hay casi 26.000 viviendas más con conexión a internet. “Hay algunos que consiguen contratos y se animan a ponerse internet porque muchas veces lo necesitan para realizar trámites laborales o para conseguir ayudas” subraya Sánchez.

De hecho, tal y como señala Sánchez, para realizar muchos trámites administrativos es obligatorio utilizar un ordenador y una conexión a internet. “Ahora todo se hace por internet: las becas de comedor, de libros, las universitarias, etc.”, ejemplifica. Al mismo tiempo recuerda que para acceder a la Renta Activa de Inserción (RAI), los mayores de 45 años tienen que realizar una búsqueda activa de trabajo. “Los requisitos implican que tienen que estar apuntados en dos portales de búsqueda de empleo, ¿pero si no tienen ordenador o internet?”, se pregunta.

En esos casos, pueden pedir ayuda a sus amigos y familiares para que les dejen sus conexiones o tienen que ir a un locutorio o biblioteca para poder actualizar los portales en los que están inscritos. “El problema está en que en los locutorios se aprovechan de que la gente no tiene recursos y que, en muchos casos, tampoco tienen formación informática, por lo que les cobran 3 o 4 euros por hacerles una sola gestión”, resalta.

Por eso, Sánchez reclama que los trámites se puedan seguir presentando en papel y que se incrementen los curso de informática. “Muchos no tienen las nociones básicas sobre cómo funciona un ordenador o saben lo justo, pero no lo suficiente, para llevar a cabo ciertos papeleos”, sostiene.