El trino de un jilguero, a 3.000 euros en el mercado negro

Son capturados de forma ilegal y vendidos en otras comunidades para su uso en concursos de canto.

Operación del Seprona contra la caza furtiva de pájaros fringílidos.
Operación del Seprona contra la caza furtiva de pájaros fringílidos.
Seprona

En el último lustro, el Seprona ha liberado en la provincia de Huesca a 182 pájaros cantores (fringílidos) de las manos de cazadores furtivos. Los jilgueros, los pardillos, los verderones, el verdecillo y el lúgano son pequeñas aves incluidas en el Catálogo de especies amenazadas de Aragón y solo pueden ser capturadas por las asociaciones ornitológicas autorizadas y dedicadas a su estudio.


Sin embargo, su captura y venta se está convirtiendo en un lucrativo negocio en la provincia de Huesca. El teniente Arturo Notivoli, jefe de la sección del Seprona en la provincia, confirma un repunte de la caza ilegal de estas especies y explica que las que no son rescatadas a tiempo acaban vendidas en otras comunidades a redes organizadas y dedicadas a su distribución y la organización de concursos de canto.


En los últimos cinco años el Seprona ha detenido a diez personas, denunciado a otras siete y decomisado cientos de redes japonesas, verguetas de captura, y reclamos electrónicos; métodos de caza indiscriminados e ilegales.


"La simple captura sin autorización de estos ejemplares constituye una infracción del artículo 334 del código penal y si además se utilizan instrumentos no selectivos para su caza, se infringe también el artículo 336, por lo que los cazadores se exponen a ser condenados por dos delitos", avisa el teniente Notivoli.


En Aragón no son comunes los concursos de canto de fringílidos pero en la Comunidad Valenciana, Cataluña y la Región de Murcia existe una tradición muy arraigada y el mercado de estos pájaros lleva aparejada la circulación de grandes sumas de dinero. "Si son ejemplares buenos se venden por cantidades importantes porque los concursos conllevan apuestas y premios. Hay gente muy aficionada y por un ejemplar de jilguero capturado en Aragón llegaron a pagar 3.000 euros", informa el jefe del Seprona en Huesca.


La simple tenencia de ejemplares de especies catalogadas constituye un delito y sin embargo es fácil encontrar anuncios de compra-venta de fringílidos en internet. Anuncios que la Guardia Civil de la provincia ha utilizado como fuente de información durante sus operaciones para la localización y detención de cazadores furtivos de fringílidos: Porcelanas y Porcelanas II. La última detención se produjo el pasado día tres, cuando la Guardia Civil sorprendió in fraganti a un vecino de Huesca cazando verderones y lúganos con métodos prohibidos. El hombre, de 63 años, había sido ya detenido en 2012 y 2013 y condenado a penas de nueve meses de prisión por hechos similares.


El último detenido utilizaba otros pájaros como reclamo y verguetas de captura, unas finas varillas que se colocan en el medio natural impregnadas de vesque (un pegamento muy fuerte) para que las aves se queden pegadas al posarse. Los campos de girasoles son otra de las grandes trampas para los fringílidos, ya que los cazadores los rodean con enormes (y prohibidas) redes japonesas y atrapan a los pájaros cuando éstos acuden a comerse las pipas o atraídos por reclamos electrónicos que reproducen el canto de una gran cantidad de especies.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión