Un tercio de los aprobados en selectividad no se matricula en la Universidad de Zaragoza

Tras los peores años de crisis, crece el número de nuevos universitarios que se van fuera de Aragón.

Prueba de selectividad en Zaragoza
Prueba de selectividad en Zaragoza
Sandra Lario

Un tercio de los jóvenes que aprueban la selectividad en Aragón no estudia en la Universidad de Zaragoza (UZ). En concreto, el 68,7% de los aptos en la prueba eligieron el campus aragonés para cursar sus estudios superiores en la Comunidad en el curso 2013-2014, el último detallado por el Ministerio de Educación en su anuario Datos y Cifras del Sistema Universitario Español.


Solo un año antes, el porcentaje de inscritos en la UZ tras aprobar la Selectividad era del 74,5%, lo que muestra un cambio de tendencia, tras los años de la crisis donde el número de alumnos que debía emigrar dentro de España caía en picado por los gastos que conlleva: alojamiento, alimentación, desplazamientos...


Ahora la situación empieza a revertirse. Del 31,3% de alumnos que no accedió al campus aragonés (en torno a 2.000), la mitad se marchó a estudiar a otra región y la otra mitad optó por universidades no presenciales como la UNED, estudiar en el extranjero o directamente rechazó la oportunidad de cursar una carrera.


En cuanto a los destinos, Cataluña, Madrid y la Comunidad Valenciana son los que más estudiantes aragoneses acogen en sus universidades, dada la proximidad geográfica y una mayor oferta de grados que suplen algunas carencias de la UZ. En el otro lado de la balanza, apenas el 0,1% elige mudarse a La Rioja, Galicia o Murcia.


Entre las causas de esta emigración al alza de estudiantes aragoneses, más allá de las económicas, se encuentran la oferta de grados, que aunque extensa en la Universidad de Zaragoza, deja fuera algunas como Biología o Criminología; o la nota de corte -de media, de las más altas del país-, que obliga a muchos a cursar los estudios deseados fuera de la Comunidad. Hay incluso quien decide formarse en otros centros por su prestigio, la calidad de su profesorado e instalaciones, o sus planes de inserción laboral.


En el caso de Clara Huertas, una joven zaragozana de 19 años, fue su nota media la que le obligó a mudarse a Madrid, para hacer realidad su vocación: “Me vine a la Complutense porque en Zaragoza piden muchísima nota para Periodismo, y no me llegaba”, relata.


Además, ella lo tenía más fácil en el aspecto económico. “Mis tíos son de Madrid y me he venido a vivir con ellos. Si no, no sé si lo podría haber hecho”, reconoce. Quizá por ello no ve su salida como un inconveniente. “Es una experiencia increíble, conoces a muchísima gente y te ayuda a madurar”, señala.

Camino inverso

A cambio, la Universidad de Zaragoza es a su vez un importante polo de atracción para cientos de estudiantes de otras comunidades. Navarros y riojanos son, con diferencia, a los que más les gusta el campus aragonés.


A este grupo hay que añadir los miles de jóvenes procedentes de municipios aragoneses, que se trasladan a los diferentes campus de la Universidad para realizar sus estudios superiores. En total, de los 30.000 alumnos de la UZ, más de 10.000 son 'desplazados'.


De ahí la amplia oferta de alojamientos que deben disponer las ciudades de acogida. En Aragón existen diez colegios mayores dependientes de la Universidad de Zaragoza. Cuatro de ellos públicos (dos en Zaragoza, uno en Huesca y otro en Teruel) y seis privados gestionados por instituciones religiosas (todos en Zaragoza).


Los precios de los públicos oscilan entre los 308 euros mensuales del de Santa Isabel y los 666 del Pedro Cerbuna. Los de los privados se mantienen dentro de una horquilla de entre 675 y 800 euros al mes.


Además, los ayuntamientos han puesto en marcha acciones de integración y ayuda para los estudiantes de fuera, como ocurrió en la pasada legislatura en Zaragoza, donde se habilitó a este colectivo a ser titulares de la tarjeta ciudadana.

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