El impuesto a los hidrocarburos creará "efecto frontera", según los transportistas y gasolineras

Aragón se mantenía hasta ahora como una de las autonomías más baratas para repostar. En Castilla y León y otras comunidades se están planteando ahora eliminar este gravamen.

Los impuestos afectados por la subida.
Los impuestos afectados por la subida.
Heraldo

El abanico de nuevos impuestos que el gobierno aragonés quiere impulsar para el año que viene -y que este martes empezaron a tomar forma con la aprobación del proyecto de Ley de Medidas Tributarias- se llevará por delante uno de los aspectos donde Aragón seguía manteniendo con diferencia menos presión fiscal que otras autonomías.


El Ejecutivo prevé lanzar desde enero del próximo año un gravamen autonómico sobre la mayoría de los hidrocarburos que recaudará unos 18 millones de euros anuales más para las arcas de la Comunidad. El cobro de este tramo sobre el impuesto a los combustibles estará exento para agricultores, taxistas, transportistas y para el gasóleo dedicado a calefacción, según explicó el titular de Hacienda Fernando Gimeno, y solo repercutirá, según los primeros cálculos de la DGA, en unos tres euros mensuales más para los conductores particulares medios.


Sin embargo, a pesar de estas exenciones, la noticia ha caído como un jarro de agua fría sobre los sectores implicados en la distribución y los que hacen del transporte su medio de vida. En primer lugar porque con la llegada de este nuevo tributo Aragón dejará a un lado la política por la cual se había convertido en los últimos años en una de las autonomías con los precios de los carburantes más baratos al rechazar imponer primero el céntimo sanitario -resuelto como ilegal desde Bruselas- y por no ejecutar, hasta ahora, el tramo autonómico que le sucedió una vez armonizado con las directrices europeas. Y, en segundo lugar, porque esta medida llega justo cuando otras regiones están retirando o recortando sus impuestos sobre los combustibles, como Cantabria, que ya lo eliminó este año, o Castilla y León, que tiene previsto suprimirlo a partir de 2016.


“Para nosotros es ir completamente a contracorriente. Nos habíamos erigido en una Comunidad exenta de impuestos sobre los combustibles, que a la postre influyen sobre manera en todo el consumo, y ahora vamos a pasar a ser una isla en medio de otras regiones donde no tienen estos sobrecostes”, explica Pilar Soto, presidente de AESAR, la asociación de estaciones de servicio aragonesas, compuesta principalmente por pequeños empresarios, donde ya están preparando documentación y datos para dirigirse a la DGA y señalar cómo puede afectar el nuevo tributo a la Comunidad. No en vano, Aragón quedará encuadrada entre Castilla y León y Navarra, dos autonomías que no imponen ahora o prevén retirar su tramo autonómico, además de La Rioja, País Vasco, y la citada Cantabria, que tampoco lo ejecutan.


“Hay riesgo de que se cree un 'efecto frontera' donde camiones que tienen una gran autonomía reposten en las comunidades que no tienen estas cargas, y que a la postre también consuman, duerman o coman en las áreas de servicios de allí”, señala Soto.


Desde otro de los sectores que se van a ver afectados, el de los transportistas, el problema no recae tanto en el impuesto -que según ha anunciado la DGA los dejará exentos- sino en su aplicación y los efectos que puede traer sobre su competitividad con otras empresas de fuera de Aragón. A este respectos, las principales asociaciones de transportistas de la Comunidad ya mantuvieron la semana pasada una reunión con el Director General de Tributos donde les trasladaron sus inconvenientes a estos cambios. El principal de ellos es que, debido a que la única vía para cobrar esta recaudación es imputándola en el precio que se paga en las gasolineras, los transportistas temen que aunque se devuelva, este se convierta en un pago más que primero tienen que adelantar para luego esperar a cobrarlo.


“Es un añadido más a un sector que ahora estaba empezando a remontar el vuelo, y sin duda alguna no es una buena noticia”, recalcan desde Tradime, la asociación que aglutina a la mayoría de transportistas autónomos de Aragón, donde creen además que esto hará que sus empresas sean menos competitivas con las de fuera.Aragón, entre las más baratas (hasta ahora) al repostar, pero igual que la media española antes de impuestos


El nuevo impuesto llegará además tras un año y medio de descenso prácticamente sostenido en el precio de los combustibles que hizo que el año pasado fuera el primero desde 2007 en el que el consumo de carburantes creciera en Aragón. Como resultado de esto y de la mejora de la economía, este verano los aragoneses pudieron disfrutar de la gasolina más barata al repostar en el último lustro, a pesar de que, como es sabido, la bajada en el precio del crudo no ha repercutido tanto al consumidor como lo ha hecho en los mercados.


Según los datos de la CNMC, el precio que pagaban los aragoneses de media en las gasolineras era el pasado mes de septiembre de 1,15 euros el litro en el caso de la gasolina 95 y de 1,046 en el caso del gasóleo A, el más consumido. Esto es, casi 23 y 24 céntimos menos el litro respectivamente que hace un año, cuando los precios ya habían comenzado a bajar con fuerza.


Todo ello redundaba en que, debido a la ausencia del tramo autonómico, las provincias de Huesca, Zaragoza y Teruel encabezaran siempre el ranking de las regiones más baratas donde repostar, algo que ahora podría variar hasta igualarse con la media nacional o incluso superarla ya que si lo que se observan son los precios antes de impuestos, Aragón se mantiene en los mismos términos que la media nacional, con Teruel y Zaragoza superando incluso el precio medio del país en lo que respecta al gasóleo.

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