"Tenemos a la gente mayor paseándose por las oficinas, buscando la fecha en que salen los viajes, y no podemos dársela porque no la sabemos", comentaba ayer la responsable de zona de una de las agencias de viajes con implantación en Zaragoza. Agregaba que la demora "afecta muchísimo" a las agencias porque "esas personas tampoco reservan otra cosa, están esperando a ver qué pasa". En parte porque, aunque hay alternativas, "están acostumbrados a los viajes del Imserso, donde lo llevan todo organizado, y otras ofertas no llevan tantos servicios".

Además de a los viajeros y las agencias, el retraso incide en los establecimientos de hostelería. Tanto en el hotel Castillo de Ayud, de Calatayud, como en el Reina Cristina de Teruel confirman que notarán algo la bajada de afluencia "con respecto a noviembre del año pasado, porque es temporada baja", pero que para ellos no llega a ser crítico, mientras que "en el caso de hoteles de costa sí que les perjudica e incluso habrá hoteles que tendrán que cerrar".

Ayer tarde, el Imserso anunció que, ­mientras llega la resolución del recurso, comenzarán a venderse "de forma inminente" aquellos viajes a los que no afecta (los peninsulares, el 70% del total).

Al margen de los problemas quedan los balnearios, cuyo programa es independiente (se solicita directamente al Imserso o al establecimiento elegido) y que en Aragón "está teniendo este otoño bastante ocupación", según José Franch, presidente de la Asociación de Balnearios Aragoneses.