Una zaragozana, la primera de los 'aspirinos'

Patricia Lara ha obtenido la mejor nota de ingreso de los 534 alumnos que juran bandera este sábado en Zaragoza.

Patricia Lara, a la izquierda arriba, junto a las compañeras de promoción.
Patricia Lara, a la izquierda arriba, junto a las compañeras de promoción.

Este sábado juran bandera en la Academia General Militar 534 caballeros y damas cadetes. De entre todos ellos, 360 acceden al Ejército directamente desde selectividad para estudiar una de las carreras civiles que oferta la institución desde que reformó su sistema educativo hace cuatro años: Medicina (a cuyos estudiantes se les conoce como 'los aspirinos') o Ingeniería para ser oficial del Ejército de Tierra o de la Guardia Civil.


Con un 13,765 sobre 14, la zaragozana Patricia Lara ha obtenido la mejor nota de entre todos estos alumnos y forma parte de un reducido grupo de aragoneses –solo 37- que sellan su compromiso con el acto de este sábado.


Patricia Lara ya es una de las 28 alumnas de la cuarta promoción de cadetes que estudiarán medicina mientras completan su instrucción militar y lo hace, según cuenta, por pura vocación. Dice que desde que vio aparecer a su padre en un reportaje en HERALDO sobre la labor del Ejército en Haití para ayudar a la población tras el terremoto de 2010 quiso seguir sus pasos. Por eso peleó para obtener las mejores notas en el Bachillerato y Selectividad mientras se preparaba para las pruebas físicas de ingreso.


Consiguió su objetivo, accedió con la mejor nota de su promoción y desde el 18 de agosto ha estado viviendo ya en la Academia General Militar y compartiendo camareta con otras once compañeras a las que, según asegura, ya considera “como hermanas”.


Durante estos dos meses ha superado el Periodo de adaptación a la vida militar, unas semanas de intensa actividad física que quiebran los ánimos de algunos. De los 28 alumnos que accedieron a la IV Promoción de médicos sin titulación, uno renunció antes de culminar las dos primeras semanas y de los 332 que iniciarán Ingeniería en la Academia, renunciaron 20 en ese mismo periodo.


Algunas voces han criticado la dureza de este periodo de adaptación pero desde la Academia conciencian de que estos estudiantes tendrán que ser capaces de liderar una unidad en el futuro y para eso, dicen, hay que tener mucha fuerza mental y no vale cualquiera.


La zaragozana que ingresa como primera de su promoción es un ejemplo de alumno mentalizado y cuenta que desde pequeña “tenía superclaro” lo que quería ser. Los cadetes alumnos de medicina terminan con la jura su periodo de formación en la Academia de Zaragoza y este mismo domingo ingresarán como internos en la Escuela Militar de Sanidad, en Madrid, donde compaginarán los seis años de medicina impartida por profesores civiles de la Universidad de Alcalá de Henares, con la Educación Física diaria, el orden cerrado y varios periodos anuales de maniobras y de instrucción militar.


El camino es duro y aunque algunos consideren ‘un chollo’ obtener gratis la carrera y cobrar un sueldo simbólico mientras se es todavía un estudiante, desde la Academia recuerdan que los cadetes firman un compromiso por el que se comprometen a trabajar para el Ejército durante los doce años siguientes a la finalización de sus estudios. Si abandonan a mitad, tendrán que desembolsar la parte equivalente a la inversión que haya hecho en ellos el Estado hasta ese momento. A estos médicos tampoco se les exige aprobar el MIR para acceder a una especialidad y pueden elegir, una vez acabada la carrera, entre una de las que se les oferte según las necesidades del Ejército en cada momento. Acceder a la especialidad supone ampliar otros seis años el compromiso con la institución.


Fuentes de Defensa explican que el Ejército tiene una carencia importante de médicos de especialidades críticas, necesarias en todas las misiones en el extranjero: traumatólogos, intensivistas y anestesistas. “La mayoría de los actuales tienen más de 55 años y no se les puede mandar fuera con una mochila, la única manera de conseguir esas especialidades es de esta manera, ofreciendo la carrera y la especialidad a cambio de años de servidumbre”, explican esas fuentes.


Para la brillante alumna zaragozana, que también destacó durante su etapa de estudiante en el Colegio Británico de Aragón, la especialidad es lo de menos y se centra en las experiencias que ha vivido en estos dos primeros meses como dama cadete. “Ha sido duro, pero ver que eres capaz de superar las topografías, las marchas ligeras y las otras pruebas que te ponen es algo que no cambio por nada. Además el compañerismo es muy fuerte y desde el principio nos ayudamos los unos a los otros a superar los obstáculos. Quería esto, lo he conseguido y me está encantando”, concluye Patricia, la mejor nota de ingreso de entre todos los alumnos que juran bandera este sábado.

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