"Si lo juguetes de acción no los prohíben, los taurinos menos"

El aragonés Juanjo Bona se gana la vida vendiendo artículos toreros destinados a los más pequeños.

"Hay juguetes de acción y no los prohíben, los taurinos menos"
"Hay juguetes de acción y no los prohíben, los taurinos menos"

En tiempos de marcada corriente antitaurina, en la localidad zaragozana de Magallón, Juanjo Bona se gana la vida vendiendo artículos del mundo del toro, orientados principalmente a los más jóvenes. La empresa Toros y Vacas CB nació hace cuatro años con la intención de saciar la demanda de un tipo de juguete poco extendido en el mercado y, por el momento, los resultados son más que satisfactorios. 


Él mismo se encarga de elaborar plazas de toros, camiones o toriles a tamaño reducido que ha patentado y homologado para su posterior distribución. Piezas exclusivas que en la Comunidad no se pueden encontrar en ningún otro lugar. Además, en su tienda se pueden adquirir otros artículos más comunes y que no son elaborados con sus propias manos, como capotes, banderillas o carretones, que, aunque tienen menor aceptación, acaban de rematar las ventas. 


"Todo surgió cuando mi hijo, que por aquel entonces tenía cinco años, me pidió poder jugar al toro. Al ir por los pueblos en las tardes de vaquillas, le entró afición, y pensé que podía tener resultado crear juguetes de este estilo", explica Bona, y aclara que son hechos a través de un 'kit' de montaje y con la intención de que sean "seguros y resistentes", teniendo en cuenta al cliente al que van dirigidos.


"Inicialmente, me centré en las plazas de toros, que siguen siendo el producto estrella. Las confecciono con madera de pino o tablero DM, hay cuatro distintos modelos y oscilan entre 80 y 150 euros. Al año siguiente, empecé con los camiones de ganado (99 euros) y han funcionado", comenta, y añade que también realiza piezas menores, como "vallas, bancos, pirámides, pilones para embolar, roscaderos y demás complementos".


Sobre la forma de ejecutar ventas, "que siempre crecen cuando se acerca la Navidad", indica que las piezas son distribuídas por jugueterías de Aragón y Navarra, fundamentalmente, y que se promocionan a través de ferias artesanales e internet. "La intención es consolidar el proyecto para acabar vendiendo por toda España, y la respuesta de la gente me invita a ser optimista. Hasta el momento, he vendido más de 1.000 objetos de elaboración propia, y hay que entender que la sociedad está pasando un momento apretado económicamente. Eso afecta bastante".


Lo que hasta ahora no ha notado es la corriente antitaurina que fluye por la sociedad: "No he percibido bajón de ventas ni nada por el estilo. Los niños no entienden de estas historias, solo quieren jugar. Recibo muchos pedidos de Cataluña, que supuestamente encabeza este movimiento, y creo que lo anti siempre acaba potenciando lo pro".


Además, Bona no teme por que algún día puedan prohibirse sus artículos. "Los juguetes taurinos son como otros cualquiera. Los hay de acción y no se quitan del mercado. Estos tampoco creo que hagan ningún daño. Son eso: juguetes", concluye.






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