Alimentación y bienes básicos siguen aumentando su precio pese a la caída del IPC

La cesta de la compra no se contagia del descenso en el precio de los carburantes, que ha llevado a España a encadenar 11 meses de inflación negativa.

Muchas personas aún no son conscientes de la importancia de la buena manipulación de los alimentos.
Muchas personas aún no son conscientes de la importancia de la buena manipulación de los alimentos.

Bajadas en los precios de bienes y servicios en medio de una incipiente recuperación económica. Los once meses consecutivos de tasas negativas en el IPC entre junio del año pasado y el último mes de mayo atenazaron algunas de las previsiones del Gobierno sobre la salida de la crisis. Un difícil panorama del que pareció salir España durante el verano, cuando en los meses de junio y julio los precios volvieron a remontar escasamente un 0,1, pero que la llegada del otoño ha vuelto a devolver índices negativos.


La semana pasada el Instituto Nacional de Estadística confirmaba que en septiembre los precios volvieron a caer de media un 0,9% con respecto al año anterior. Un descenso que incluso fue superior en Aragón (-1,1%) y que fue destacado como “positivo” por el Ministerio de Economía debido a que según sus cálculos el año acabará con tasas de inflación cercanas a cero o ligeramente superiores y que, a la postre, la caída de los precios repercutía en una mayor capacidad adquisitiva por parte de las familias.


Sin embargo, a la luz de los datos, no a todos los aragoneses les está beneficiando este clima económico por igual. Al menos a aquellos que tienen que dedicar la mayor parte de su gasto a los bienes básicos o a aquellos cuyos ingresos no han crecido en los últimos tiempos. Sin ir más lejos, alimentos y bebidas no alcohólicas han subido su precio de media en lo que va de año un 1,3% en la Comunidad en contra a la tendencia general del IPC, que se ha visto arrastrada irremediablemente por el descenso en el precio de los combustibles, mientras que otros aspectos como vestido y calzado (+ 0,6%), medicina (+0,3%) o los gastos relacionados con la enseñanza (+1,7%), también han seguido subiendo con respecto a la misma fecha de 2014.


“Es falso que el consumidor medio se haya beneficiado en este tiempo de la caída de los precios, principalmente porque este se debe fundamentalmente a los combustibles, la vivienda, que ha seguido cayendo, o al abaratamiento también de ordenadores o material tecnológico”, señala José Ángel Oliván, presidente de la Asociación de Usuarios de Aragón (UCA).


De hecho, durante los últimos cinco años, periodo en el que el salario anual más común entre los aragoneses ha caído en 600 euros de media, los precios de la llamada cesta de la compra -alimentos y bebidas sin alcohol- se ha elevado en un 8,3%, incluso ligeramente más que la media nacional, donde estos precios han repuntado un 8,1%.Las patatas o el aceite se encarecen mucho más que el resto de precios


Muestra de ello y de que esta tendencia no ha disminuido es que productos básicos como la patata o el aceite se hayan encarecido mucho más que el conjunto de los precios. En concreto, las patatas han aumentado su coste un 12% en lo que va de año, las legumbres otro tanto, mientras el aceite (afectado esta campaña por los malos resultados de la cosecha anterior) se ha encarecido hasta un 27% en la Comunidad.


A ello se suma que productos como las carnes de ovino o vacuno están aumentando su precio un 3,8% y un 1,3 respectivamente, al igual que el pescado (+2,5%). Por contra, desciende también con fuerza el precio de la calefacción (-9,5%) y del transporte (-6%).


“Todo esto afecta especialmente a colectivos muy amplios, como los pensionistas -con una subida anual del 0,25%- a los parados o a las personas que han visto congelados sus sueldos”, explica Oliván, que además recalca que la caída en el precio del crudo no se traslada de igual forma a lo que el consumidor paga en la gasolinera debido a los impuestos y la falta de competencia en el sector dentro de España.La dieta ha ido cambiado en función de los precios


Todo esto ha redundado en que a lo largo de los últimos años los aragoneses hayan variado ligeramente su dieta. Según los datos del último informe de la empresa pública Mercasa con datos de 2014, durante el año pasado los aragoneses gastaron de media 1.571,3 euros a la compra de alimentos, algo más que en 2012 (cuando fueron 1.548 euros), pero aún lejos de lo que se empleaba en llenar las neveras, por ejemplo, en 2009 (1.642).


Sin embargo, pese a la leve subida en el gasto, lo cierto es que de un año a otro esta variación positiva no ha podido frenar el cambio en los hábitos de consumo que en el último lustro ha propiciado la pérdida de capacidad adquisitiva de los aragoneses. Por quinto año consecutivo el consumo de carne por persona volvió a bajar (casi dos kilos menos, hasta los 60,3 al año por habitante), al igual que lo hizo el de pescado (600 gramos menos hasta los 27,9 kilos), y el pan (1 kilo menos) o las frutas frescas (de 110 kilos por persona al año a 108), así como la reducción en el consumo de refrescos y bebidas gaseosas (1 litro menos por persona).

Por contra, los único alimentos que subieron fueron los huevos (de 140 a 148), las verduras y hortalizas (casi 2 kilos más por persona al año), y la leche (de 78,3 litros a 79,2).

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión