La paciencia y la resignación de los viajeros, a prueba en la estación de Delicias en Zaragoza

?"Se paró el tren y durante casi media hora no sabíamos muy bien lo que pasaba", dice un viajero.

Filas en la estación zaragozana este jueves.
Filas en la estación zaragozana este jueves.
Oliver Duch

La paciencia y la resignación ante la incertidumbre de no saber cuándo llegarán a su destino o si podrán enlazar con el siguiente medio de transporte ha sido la nota predominante en Zaragoza entre los viajeros afectados por una incidencia que se investiga en la red ferroviaria en Cataluña.


"Se paró el tren y durante casi media hora no sabíamos muy bien lo que pasaba", explica un viajero del AVE que iba de Madrid a Barcelona y que cuenta cómo a las 9.10  quedó detenido su tren en la estación de Delicias de Zaragoza y después les indicaron que debían bajarse.


"Primero nos dijeron que estábamos parados por razones ajenas a Renfe y media hora después por el robo de cable. La gente salía y entraba del tren".


Después les informaron de los servicios alternativos que ponían a su disposición, describe este pasajero, que optó por regresar a Madrid en otro tren, una vez que dio por perdida una reunión que tenía en la Ciudad Condal.


Aunque no se armó un "gran revuelo" en la estación, sí que se veía "cierto descontrol y falta de información", afirma.


La gente no sabía muy bien qué hacer, si esperar al tren convencional que les dijeron que iban a poner desde Zaragoza a Barcelona o regresar a Madrid, explica otro pasajero.


Llamadas de teléfono, cancelación de reuniones, todo sucedía con resignación y con algún que otro enfado por el medio, como el caso de una mujer, que angustiada lamentaba que tenía que ir al médico con su hijo a Barcelona y no iba a llegar a la consulta.


Los hubo que se lo tomaron con más resignación y optaron por acercarse a un establecimiento de lotería y comprar un décimo para el Sorteo Extraordinario de Navidad. "A ver si es una señal", explica uno de ellos.Cambio de planes


Una vez apeados los viajeros y reubicados muchos de regreso a Madrid, la estación presentaba el aspecto de un día normal a no ser por la cola existente ante la oficina de información de Renfe.


Fuera por trabajo, por ocio o por cuestiones familiares, los viajeros del AVE han tenido que cambiar los planes.


Muchos se han enterado de lo sucedido a través de los medios de comunicación; otros al ir a comprar el billete e incluso algunos han conocido lo sucedido a través de la megafonía de la estación.


Los viajeros miraban con el rostro serio las pantallas en las que aparecía la información de trenes, en las que algunos anunciaban retrasos como el del AVE a Barcelona -1 hora y 50 minutos-.


Una joven llamada Paula tenía previsto viajar a La Coruña por ocio en el Alvia de las 11.28. Ha conocido lo sucedido al llegar a la estación y después de preguntar, le han comunicado que podrá viajar pero con un retraso estimado de tres horas.


Con la misma tranquilidad ha aceptado su destino otro de los viajeros que tenía que trasladarse a Madrid a las 12.30 y desde allí a Málaga y que posiblemente sería reubicado en uno especial para "aliviar la situación".


José María, un joven que debía viajar a las 13.45 a Madrid por motivos laborales, quería adelantar la hora del desplazamiento pero no ha sido posible por estar bloqueadas las taquillas. En declaraciones ha asegurado que la atención recibida por parte de Renfe ha sido "satisfactoria".


No opinaba lo mismo Mercedes, una señora que tenía que haber viajado en el AVE con destino a Irún y, desde allí trasladarse a Hendaya para coger un tren a París que ya ha perdido.


Pese a que le han asegurado que le devolverán el dinero, ha lamentado que "además de afectados", los ciudadanos son "los paganos" de esta situación y se ha mostrado "indignada" porque en España se haya "desmantelado" la red ferroviaria convencional, toda vez que ha criticado que los precios del Ave "no son los de un servicio público".


Mercedes hará su viaje a Irún en autobús y desde allí intentará ver si tiene hoy un tren con destino a París.


Imágenes similares se han repetido en estaciones de otras comunidades, como la de Camp de Tarragona, donde los afectados han sido desviados en autobús a la estación de ciudad para que prosiguieran su viaje.


En el interior de la estación Camp, un solo empleado atendía tanto a los afectados como a los que iban en busca de billete para otro día, aunque la magnitud de la fila hacía desistir a muchos.

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