Los 75 voluntarios de la Universidad dejaron este jueves su mensaje verde en Borja, Magallón y Ainzón

La caravana del clima cierra este viernes en Zaragoza una frenética semana de concienciación medioambiental.

Los vecinos, en una de las mesas informativas.
Los vecinos, en una de las mesas informativas.
Marta Parra/Alejandro Santos

Isa está "cansada" y tiene frío. Como voluntaria de la Universidad de Zaragoza, es su cuarto día recorriendo diferentes pueblos de Aragón en la Caravana por el clima. Tanto ella como los otros 74 universitarios que participan suben al autobús agotados a primeras horas de la mañana, pero en el fondo todos tienen muchas ganas de llegar a los destinos de la jornada de este jueves: Borja, Magallón y Ainzón. Uno de los coordinadores del grupo coge el micrófono y empieza a animar a sus compañeros: "Ding, dong, ding, dong. Soy el ayudante de Dios". Le responden carcajadas y todos comienzan a recargar las pilas para el largo día que les espera. Junto a estas localidades del Campo de Borja, los voluntarios han recorrido, con un intenso programa de actividades a lo largo de esta semana, Utrillas, Escucha, Montalbán, Pamplona y Jaca. La frenética gira medioambiental acaba este viernes en Zaragoza capital.


El primer acto tiene lugar en el salón de plenos del ayuntamiento de Borja. "Para nosotros es un orgullo que la Universidad se interese por nosotros", afirma el alcalde de la localidad, Eduardo Arilla. Mientras Arilla insta a los voluntarios a que dejen su huella en el libro de visitas, uno de ellos lee el manifiesto por el que el edil se compromete a proteger el medio ambiente. Como muestra de agradecimiento, la Universidad le regala un árbol –un ejemplar de limonerus robustus– que se plantará en el parque de San Francisco de Borja con una placa que recordará el motivo de la visita.


Es la primera vez que la Caravana pasa por Borja y causa sensación entre sus habitantes. Mientras los voluntarios montan la carpa bajo la que pasarán todo el día, los vecinos comienzan a curiosear. "¿Qué es esto?", preguntan. Las primeras impresiones no son muy acertadas. Unos apuestan por una reivindicación para que se reduzcan las tasas universitarias, otros creen que aún no han terminado las fiestas patronales y hay quienes confunden las cocinas solares, que se emplearán más tarde, con antenas parabólicas.


Los encargados de la Caravana explican que ninguna de las hipótesis barajadas es correcta. “Es una iniciativa que persigue concienciar a los ciudadanos sobre la importancia de cuidar el medio ambiente -indica una integrante del grupo-, y mostrarles que pueden contribuir con pequeños actos cotidianos: cerrar el grifo mientras nos cepillamos los dientes o desenchufar los aparatos electrónicos cuando no los usamos, son buenos ejemplos”.


Pero el momento de mayor éxito llega cuando el olor a morcilla y bacon inunda la plaza de España. Se han puesto en marcha las cocinas solares. Estos artefactos de aluminio concentran los rayos del sol y consiguen alcanzar la temperatura necesaria para preparar la comida. Así logran llamar la atención de los transeúntes que se arremolinan en torno a estos ingenios. Todos quedan satisfechos con el menú y expresan lo mucho que les gustaría instalar una de estas cocinas en su casa.


Las horas pasan, y mientras tres voluntarios acuden a Radio Moncayo para hablar sobre el proyecto, los niños de la localidad comienzan a llegar. Con ayuda de los padres rellenan unas encuestas sobre sus hábitos con el fin de comprobar si son respetuosos con el medio ambiente. Tienen esta lección bien aprendida, ya que tanto aquí como en Magallón y Aizón, los miembros de la Caravana han jugado con ellos para que aprendan a cuidar del planeta –siempre con la ayuda de su mascota: el mono Eco–.


Tras recoger la carpa y las cocinas solares, los voluntarios emprenden el regreso a Zaragoza, donde este viernes cerrarán la séptima edición de esta iniciativa. Realizarán actos en colegios y en la Plaza de España y continuarán trasladando el mensaje de respetar el medio ambiente.Fin de jornada en el Ayuntamiento de Zaragoza

La concejala de Medio Ambiente de Zaragoza, Teresa Artigas, recibió este jueves a los voluntarios de la Caravana Universitaria por el Clima. En el acto, celebrado en la Casa Consistorial, Artigas apeló a su profesión de educadora medioambiental para expresar su “ilusión” por el proyecto. Al tomar la palabra los voluntarios, Elena utiliza una frase que había visto minutos antes pintada en una pared para resumir el espíritu del grupo: “Porque sueño no estoy loco”.

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