Gesta en las alturas contra el cáncer

Los más de 15.000 euros que han recaudado antes de iniciar su reto suponen ya todo un éxito para los cuatro oscenses que se preparan para acometer una de esas ‘benditas locuras’ que un día alguien lanza al aire, como si fueran un sueño, un imposible, pero que, en este caso, se convertirá en una realidad a partir de mañana. Javier Lorente, Miguel Ángel Melet, Óscar Plasin y Toño Laguarta, todos deportistas aficionados y socios de Peña Guara, desprenden una mezcla de emoción, de ganas y también algo de temor, ya que la próxima semana llevarán a cabo el gran desafío de recorrer los 786 kilómetros que separan el cabo de Creus, en Cataluña, y el de Híguer, en el País Vasco, atravesando el Pirineo en once etapas. Una distancia que ya causa respeto así, pero que consigue asustar si tenemos en cuenta que lleva implícitos 47.500 metros de desnivel. Algo así como subir al Everest más de cinco veces.

Además del indudable premio que conlleva algo así en lo que respecta a la superación personal, el desafío, bautizado como ‘GR-11 en 11’, tiene también un fin solidario, ya que se permite ‘apadrinar’ cada uno de esos metros de desnivel, como forma de recaudar fondos para los proyectos de investigación de la Asociación Española contra el Cáncer. "Estamos muy agradecidos a todos aquellos que han contribuido a nuestra causa, que han sido en su gran mayoría empresas pequeñas y particulares, y que nos han permitido alcanzar los 15.000 metros apadrinados", dice Toño Laguarta, uno de estos aventureros, que espera que las aportaciones continúen mientras realizan el desafío, y también en las dos semanas posteriores, que será el tiempo en que estará abierta la plataforma de colaboración en la web www.gr11en11.org.

Los cuatro corredores ultimaban en esta semana la preparación para acometer una gesta que hasta ahora parecía reservada solo para los que se encuentran un peldaño por debajo de los superhéroes, como el mejor corredor del mundo en carreras por montaña, Kilian Jornet, que cruzó el Pirineo en ocho días. "Pero en grupo no se ha realizado nunca", matiza Laguarta, y es que esa es otra de las bases de su proyecto, el convertirse en un único corredor de ocho piernas.

La parte psicológica cobra aquí un papel destacado, casi al nivel del físico. "La mente es lo que te va a llevar a estar o no, porque al día siguiente de haber realizado una carrera de ultrafondo, tienes que engañar al cuerpo para que vuelva a correr, y para eso debes tener la cabeza muy bien amueblada", dice Laguarta, que explica que en sus antecedentes participando en carreras por montaña, los cuatro deportistas se han caracterizado siempre por lograr competir por encima de sus posibilidades, por lo que confían en su capacidad de superación. "No hemos sido grandes corredores, no hemos ganado carreras, pero siempre hemos gestionado muy bien la mente".

En el aspecto físico, después de casi un año entrenando al máximo nivel, en jornadas maratonianas de hasta 8 horas sumando kilómetros a las zapatillas, este último mes han tenido que "bajar el pistón", como ellos mismos dicen, para que el cuerpo llegue lo más fresco posible.

A la hora de señalar qué puntos del recorrido les asustan más, Laguarta apunta sin dudar el Pirineo central, "la última etapa en Lérida y las dos primeras en Huesca". Allí, al enorme desnivel y a lo agreste del terreno se sumará el cansancio que puedan ir acumulando al enlazar tantos días. "Sabemos que cinco o seis etapas podemos soportarlas, porque nos hemos probado y hemos realizado tests, pero a partir de allí no sabemos como vamos a reaccionar, porque no lo hemos hecho nunca", confiesa Laguarta con cierto temor.

Para poder transmitirles todo el apoyo antes de iniciar este desafío, este jueves se reunieron en la plaza de Navarra de la capital oscense unas 150 personas que ya han colaborado con la iniciativa, portando una camiseta con la inscripción ‘GR-11 en 11’ y posando en una gran foto de familia.