Un acelerón le basta al Barça para vencer

Los azulgranas ganaron al Levante con un once de prueba. Messi erró un penalti.

Messi y Neymar celebran el tanto de penalti del argentino, que supuso el 3-0 para el Barça.
Messi y Neymar celebran el tanto de penalti del argentino, que supuso el 3-0 para el Barça.
lluis gené/afp

Entre la plaga de lesiones, la modestia del adversario y la sucesión de partidos, nada menos que siete en 22 días, Luis Enrique decidió apostar por un plan secundario, suficiente para descoser el Levante en la segunda parte y lograr el póquer de victorias en este inicio de Liga. Ya no eran rotaciones, casi obligadas con temporadas extenuantes, pero siempre discutidas y criticadas cuando los resultados no acompañan, sino recurrir a un equipo experimental al que regresó Dani Alves al lateral derecho.


Paradojas del fútbol, parecía un drama la lesión del brasileño y resulta que ante el cuadro granota en nada mejoraron las últimas prestaciones del joven Sergi Roberto.


Lo más novedoso fue ver a Messi más retrasado, a Munir de extremo derecho y a Sandro de ariete titular. Con una mezcla de estrellas y promesas, era más que suficiente para superar sin sustos a un rival que jamás ha puntuado en el Camp Nou y que ahí sufrió su derrota más amarga hace dos temporadas, cuando el equipo del Tata Martino le hizo un siete a Keylor Navas.


De la mano de Lucas Alcaraz, este Levante se presentó también con cambios, ya que en breve le esperan duelos claves de su Liga ante el Eibar y el Getafe, y una defensa de cinco, con tres centrales. Ciertamente, el humilde no se vio incomodado ni apurado por el grande en un primer acto jugado sin intensidad por los culés.


Hubo una jugada que define a la perfección lo que ocurrió en ese período anodino. Busquets, nada proclive a las frivolidades, intentó una ruleta cerca del área enemiga. Rubén, muy acertado y valiente, salvó un par de ocasiones de Messi y Munir, pero el Barça no era ni su sombra. Dominaba sin discusión, ya que el Levante apenas salía de la cueva y cuando lo hacía la perdía enseguida, pero apenas remataba y pisaba el área. Sólo cuando el rosarino entraba en acción, sucedía algo diferente.


Un ligero acelerón y una presión más alta y decidida tras la reanudación permitieron al Barça abrochar la victoria en apenas un cuarto de hora. Primero, Bartra, un central, que supo bajar con el pecho un centro pasado de Messi y rematar sin parar con el interior, para asegurar. Poco después, Rubén despejó en corto un centro de Alves y Neymar acertó a la segunda, entre un bosque de piernas.


Y, para remate, Trujillo no quería, pero tocó a Neymar, el trencilla observó penalti y Messi no falló por alto. Con los deberes hechos, el debutante Gumbau reemplazó a Busquets y los azulgrana volvieron a tomárselo con suma calma. Ter Stegen, errático en una salida por alto, les dio vidilla a los valencianos al regalarle el gol al recién entrado Casadesús.


En una acción sin peligro, el marroquí Feddal cometió un penalti absurdo sobre Messi, que el argentino lanzó alto. Le molestó sobremanera el fallo a Leo, cuya inseguridad en la ejecución de las penas máximas ya la crean una presión psicológica. Aunque firmó un gran gol cerca del final en un arranque marca de la casa, el enemigo estaba más por la labor de economizar esfuerzos que de hacer sangre.

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