En su jornada de despedida, la feria, que sumó 357 expositores con un capital asegurado de alrededor de 2,5 millones de euros, incluyó actividades para toda la familia, entre ellas una exposición de vehículos antiguos, una exhibición de perros pastores con ocas y ovejas así como un desfile de trajes regionales.

"Para nosotros es una cita obligada, ya que es una feria muy grande y llena de novedades, especialmente en maquinaria", explicó Ramón Barrabés, que, junto a otros agricultores y familiares, acudió desde Lérida. En general, los expositores estaban satisfechos con la afluencia de público.

Para ellos el certamen "es un escaparate único, que te mantiene en contacto con tus clientes y que te permite enseñar las novedades", explicó Francisco Allué, de Talleres Cogasal. "Aunque el esfuerzo es grande, compensa, ya que hay mucha gente y siempre se establecen contactos que luego se transforman en ventas".

"Nos gusta mucho venir y dar una vuelta, ya que siempre ves cosas interesantes y curiosas, que llaman la atención de los niños", apuntó Sara Malo, de Lalueza, que acudió junto a su marido e hijos. Durante la jornada fueron entregados además los premios a los mejores expositores y criadores de diferentes razas, entre ellas la gallina del Sobrarbe y el Pavo Oscense, el Mastín del Pirineo o los Chotos.

En este último caso, por segundo año consecutivo, el ganador del certamen, de gran singularidad, fue Marcos Rodés, de Sariñena, que presentó un magnífico ejemplar. En el sector aviar, el premio a la mejor gallina fue para Francisco Camón, de Sariñena; y el galardón al mejor gallo se lo llevó José Ramón Cajal, de Pardo (Huesca). Además de las actividades previstas, la jornada estuvo dedicada a los dos municipios invitados, Almuniente y Alcubierre.