Carlos Sanz: "El proyecto 17 cimas nació para lanzar un mensaje de optimismo"

Me siento muy feliz porque hace un año, cuando lo planteamos, lo hicimos para terminar las ascensiones en el doble de tiempo, así que estamos felices. Aunque he de reconocer que teníamos dudas de acabarlo por el estado de mis rodillas (necesita dos prótesis y pronto pasará por el quirófano). Hacerlo en trece meses nos lleva a estar muy satisfechos, porque nadie lo había hecho antes en el mundo en mis condiciones, y, sobre todo, por haberlo hecho también por Aragón.

17 picos en 13 meses. Son cifras nada menores.

Hacerlo en un año era un sueño, ni siquiera lo planteábamos. La dinámica que nos propusimos para este verano fue de una ascensión por semana, ya que, por motivos escolares, mi hijo no podría haberme acompañado siempre. No obstante, hemos podido mantener el ritmo y conseguido el objetivo que nos marcamos. La gente emplea más de un año, pero yo no sé si habría podido estar tanto tiempo.

¿Cómo valora el apoyo que ha recibido los últimos meses?

No me puedo quejar, soy un privilegiado en ese sentido. La verdad es que hemos sido afortunados, porque cuando apareces con un proyecto tan humano ante la gente, se valora mucho. En mis condiciones, además, estando en una lista de espera para operarme y llevando cuatro transplantes, transmitía credibilidad. El Gobierno de Aragón también se ha volcado mucho con nosotros desde el inicio.

Echando la vista atrás, ¿cuáles son los principales momentos de dificultad con que se ha encontrado?

Principalmente, que no somos expertos en montaña, así que siempre hemos tenido que recurrir al apoyo de guías. También todo lo que tiene que ver con la montaña depende de la suerte con la climatología, que nos ha sonreído. En los Picos de Europa, los Pirineos y en Gredos, por ejemplo, los guías nos ayudaron muchísimo. Somos conscientes de que, sin ellos, habría sido imposible. Por otro lado, recuerdo una vez que tenía unas décimas de fiebre y tuve que afrontar así la ascensión.

¿Y el mejor recuerdo que guarda de esta experiencia?

Cuando subimos al Aneto, el pasado 27 de julio, porque era la cima más alta de nuestra Comunidad y era especial desde el inicio. También fue bonito el día que subimos a Torreblanca, en Cantabria, ya que era la cima con que iniciamos el proyecto.

¿Cómo sintetizaría el mensaje que pretendía transmitir con este periplo por las cumbres más altas de cada autonomía?

Lo que quería transmitir es que con esfuerzo y con dedicación, aun en las más difíciles situaciones, todo es posible. El reto nació para lanzar un mensaje de optimismo, en pocas palabras.

Imagino que su hijo Samuel se sentirá también orgulloso.

Él ha convivido con situaciones muy difíciles, en lo relativo a mi enfermedad y las operaciones tan difíciles por las que he pasado. También está comprometido, porque ya estamos organizando un nuevo reto donde padre e hijo tratemos de lograr algo, no por ser mejores que nadie, sino para decir que lo hemos podido hacer. Lo presentaremos el último trimestre del año, seguramente.

Coincide el final de su aventura con el 120 aniversario de HERALDO DE ARAGÓN.

Sí, es cierto, y es de agradecer el apoyo del periódico, que siempre ha estado a nuestro lado, desde que iniciamos la primera subida.

Ya se ha cumplido el reto. ¿Qué tiene pensado ahora Carlos Sanz?

En primer lugar, acabar el libro sobre el proyecto, que queremos publicar antes de final de año. Además, también está el trabajo de la Fundación, que hace una labor enorme, también en lo referente a exclusión social de jóvenes, y la presentación de los planes para el 2016.