​Los delitos por estafa aumentan un 30% de un año para otro

La Fiscalía abre casi 13 diligencias al día por este motivo. Al auge de los casos por internet se suma el repunte de las estafas más clásicas.

Grupo de delios telemáticos de la Guardia Civil.
Grupo de delios telemáticos de la Guardia Civil.

La picaresca y el apropiarse del bien ajeno por medio del engaño no para de dar trabajo al Ministerio Fiscal y a los cuerpos de Policía y Guardia Civil. Bien sea al calor de la crisis, o gracias a las nuevas posibilidades de amaño que ofrece internet, el número de investigaciones relacionadas con las estafas no ha dejado de aumentar en los últimos años en Aragón, hasta el punto de que el año pasado las fiscalías de la Comunidad Autónoma abrieron casi 13 diligencias previas al día por este motivo.


En total, fueron 4.602 los delitos investigados de este tipo, casi un 30% más que los que se habían dado un año antes. De ellos, 827 tuvieron en la red su caldo de cultivo, un entorno donde los delincuentes siguen urdiendo cada vez nuevos métodos de timo -un año antes fueron 787- y el número de denuncias sigue creciendo “de forma constante”, según explican fuentes de la Policía Nacional.


A ello se suma el repunte que también se ha constatado de las estafas más habituales y los intentos de fraude. Un rápido recorrido por algunas de las denuncias interpuestas en la Comunidad durante el año pasado y lo que llevamos de 2015 sirven como muestra de ello. Así, en los últimos años se ha visto un resurgir de las habituales estafas de videntes y falsos curanderos, que en ocasiones quedan sin denunciar por los perjudicados por vergüenza, como el que ocurrió a comienzos del año pasado y que acabó con dos detenidos tras estafar más de 60.000 euros a una mujer que recurrió a sus supuestas sesiones.


Del mismo modo, las denuncias por falsos puestos de trabajo, o el aprovechamiento de ancianos y deficientes mentales también parecen haber aflorado en los últimos tiempos. Tal fue el caso sucedido recientemente en Zuera, donde cuatro personas se ganaron la confianza de una discapacitada mental a la que engañaron para obtener teléfonos móviles de alta gama y dinero en efectivo por valor de 10.000 euros.


Sin embargo, son las estafas por internet las que más perjudicados dejan en número. En parte porque los ciberdelincuentes basan su estrategia en las denominadas 'estafa masa', donde intentan conseguir pequeñas cantidades de dinero de un gran número de personas. “Con pequeñas estafas de 20-50 euros, habitualmente detectamos en casos que investigamos que estos grupos obtienen ganancias mensuales de muchos miles de euros”,explica el Inspector Jefe del Grupo de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional en Aragón, José María Otín.A la caza del estafador digital


Todo ello repercute en una complicación añadida para los agentes dedicados a resolver este tipo de delitos. De hecho, las estafas informáticas acaparan el 60% de las peticiones de colaboración con otras delegaciones fuera de la Comunidad e incluso de la justicia extranjera, como ocurrió en una de las investigaciones que más alarma social ha generado este año, el de unos estafadores chilenos que, tras obtener números de teléfono aleatorios por internet, llamaban a padres fingiendo el falso secuestro de sus hijos y pidiéndoles dinero a cambio de su liberación. Una investigación que partió desde la Jefatura Superior de Policía de Aragón después de que la provincia de Zaragoza recibiera una quincena de estas llamadas de las más de 160 denuncias producidas en todo el país.


También mediante la colaboración de varias delegaciones, esta vez nacionales, se resolvió otro reciente caso que tuvo su origen tras una denuncia recibida en Calatayud. En la ciudad bilbilitana se recibió el primer aviso de una red de estafas que ofrecía cachorros de Bull-Terrier por apenas 90 euros, y que acabó desenmascarando una trama con más de 140 afectados en varias provincias a los que habían sido solicitados 12.500 euros en total.


“Paradójicamente, el delincuente informático deja siempre un rastro que puede ser seguido, con mayor o menor dificultad técnica, algo que en el mundo físico no ocurre siempre. Sin embargo, el hecho de que el delincuente generalmente se encuentre en otro país puede proporcionarle la impunidad. Para el criminal internet no tiene fronteras, para la Justicia sí”, explica Otín al respecto, en referencia a los casos más complicados, cuando el ciberdelincuente opera desde países que no tienen convenios de colaboración judicial con España.


Pese a esto, la Justicia va poco a poco amoldándose a estas nuevas formas de estafa lo que junto a la colaboración entre los distintos cuerpos está permitiendo imputar penas superiores a las que, por medio de demandas individuales, se enfrentarían los estafadores. La reciente reforma del código penal endureció el límite de hurto y también introdujo novedades para perseguir la difusión de vídeos íntimos sin permiso o la pornografía infantil, dos de los asuntos que tras las estafas copan los delitos que se dan en la red.

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