El equipo de Pau

Gasol volvió a ser el principal argumento de España para derrotar a Grecia. El máximo anotador del Eurobasket ambiciona una medalla y la presencia en los Juegos.

Pau Gasol se impone en la lucha con Papanikolau.
Pau Gasol se impone en la lucha con Papanikolau.
Juan Carlos Hidalgo/efe

Es un veterano de 35 años. Acumula centenares de partidos sobre sus fornidas espaldas y ha librado batallas en todos los continentes. En su salón de trofeos se hacinan dos títulos de la NBA, un Mundial, dos medallas de plata olímpicas, dos Europeos, dos ligas ACB, una Copa del Rey y un sinfín de menciones individuales. Ha ingresado salarios por un total de 124 millones de dólares durante sus 15 temporadas en la NBA. Unos antecedentes que invitaban al mejor baloncestista de la historia de España a esquivar el Eurobasket y reposar para afrontar en plenitud de condiciones su segunda campaña en los Chicago Bulls. Y mucho más cuando se habían caído de la convocatoria sus aliados de triunfos Juan Carlos Navarro, José Manuel Calderón, Ricky Rubio, Serge Ibaka y su hermano Marc.


Pero no. Pau ha sacrificado, una vez más, comodidad y asueto para enrolarse en una temeraria misión en la que tenía pocas opciones de escapar vivo. Le alimenta una doble motivación. La principal, obtener una plaza para los Juegos de Río de Janeiro –su soñada última estación internacional– o, en su defecto, obtener una invitación para el torneo Preolímpico. La secundaria –pero no residual–, engordar su currículo con uno de los cajones del podio.


Los retos, por más disparatados que se antojaran, jamás han arredrado al gigante de Sant Boi. Ni cuando su entrenador Aíto García Reneses le auguró un fracaso en la NBA ni cuando la lógica se confabulaba en su contra. Este Eurobasket no está siendo una excepción en esta carrera ejemplar y laureada. Pau se ha erigido en el comandante de la selección en cada uno de los siete partidos que ha disputado entre Berlín y Lille. Máximo anotador en cada uno de ellos y, sobre todo, el líder que ha regalado fe y certeza cuando la oscuridad aterraba a sus compañeros. Asusta pensar dónde estaría España sin su concurso.Lo más probable es que eliminada en la primera fase.


Grecia, súper favorita en las apuestas y en el análisis racional, sucumbió, una vez más, ante la roca maciza forjada en la cantera azulgrana y pulida en Estados Unidos. 27 puntos, nueve rebotes, dos tapones, tres asistencias y un nuevo triple fueron su contribución a la causa. Por momentos, como en el segundo cuarto, ni los kilos de Koufos ni los centímetros de Bouroussis bastaban para contener el vendaval de un genio en flor. Canasta tras canasta para desesperación helena y alivio de Sergio Scariolo.


Lo más prodigioso es que la hazaña no constituía ninguna novedad. Llovía sobre mojado. La tormenta Gasol ya había decantado el cara o cruz contra Alemania y la emboscada con la que se topó España en octavos contra Polonia. Ni siquiera un pinchazo en el gemelo y el desgaste acumulado –su presencia en la pista raya lo temerario– han menguado su efectividad.


No es de extrañar que el resto de integrantes del combinado nacional veneren a la estrella que les guía. "Cuando tienes un líder como Pau, que está tocado físicamente y se entrega a tope, no puedes dejar de entregarte al máximo. Aquí aportamos todos del primero al último, pero con un ejemplo así no hay excusas de ningún tipo", afirmó Víctor Claver.


Nikola Mirotic, el mejor actor secundario y aliado en los Chicago Bulls y en la selección, celebró con contención la conquista. "Es un éxito estar en semifinales, sobre todo después del grupo de primera fase que hemos tenido, de jugarnos todo ante Alemania, y unos octavos muy difíciles ante Polonia. Es un torneo en el que hay que estar bien en los partidos importantes, y nuestras últimas defensas han sido muy buenas", aseveró el ejecutor de 18 puntos.


Un discurso en sintonía con el que pronunció Pau. "Ha sido un esfuerzo muy grande el que hemos realizado, pero con este espíritu podemos ganar a cualquiera", advirtió. El catalán evitó caer en la autocomplacencia: "Está muy bien alcanzar la novena semifinal consecutiva en el Eurobasket, pero vivimos el presente y ahora sólo pensamos en prepararnos para una semifinal muy dura".

El técnico Sergio Scariolo mantuvo el listón de la exigencia: "Es un gran éxito estar en semifinales del campeonato, muy importante lo que hemos conseguido, pero no es un éxito pleno. El camino que hemos tenido ha sido muy complicado, con varias lesiones, con rivales muy duros y hemos sabido seguir luchando.Sólo nos queda mantener ese espíritu del que nos ha contagiado Pau".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión