El presidente de la DGA y secretario general del PSOE aragonés, Javier Lambán, afirmó ayer que su Ejecutivo está "alejado del inmovilismo, que genera indignación, y del radicalismo, que produce frustración". Esto último, dijo, ya se empieza a ver en las instituciones donde tras las elecciones del 24-M gobierna lo que denominó "populismo rampante", en alusión a las plataformas de izquierdas integradas entre otros por Podemos e IU, como Zaragoza en Común. "A pocos centenares de metros de aquí tenemos un buen ejemplo", añadió en clara alusión al Ayuntamiento de la capital aragonesa.

En su intervención ante el primer Comité Regional tras convertirse en presidente aragonés, también cargó contra ZEC por "buscar similitudes" con "proyectos inanes y sin fundamento" como el de Syriza en Grecia. Por ello, advirtió de que las elecciones generales servirán para comprobar si también en España "fracasan estrepitosamente" esas "ilusiones populistas", y reivindicó al PSOE como única alternativa al PP.

Sus críticas chocan con la situación que afronta Lambán en el Pignatelli, donde los socialistas necesitan el apoyo de Podemos para sacar adelante cualquier iniciativa. Pese a reconocer esta evidencia, el presidente aragonés insistió en que el Ejecutivo "no es rehén de nadie", salvo de "su programa electoral y de los compromisos adquiridos con los ciudadanos". Porque el suyo, dijo, es "un Gobierno cumplidor" y que actúa "desde la moderación, el diálogo y el respeto exquisito y escrupuloso de la ley".

Y frente a las críticas del PP –al que volvió a pedir "autocrítica" tras haber "cometido toda clase de atrocidades"– por someterse a las condiciones de Podemos, el líder de los socialistas defendió que tanto el decálogo que impuso esa formación como los pactos con CHA e IU para su investidura "coinciden en su mayoría con las prioridades del PSOE".

Entre ellas, destacó la erradicación de la pobreza con medidas "pioneras" como la futura ley de renta básica, y la redistribución de la riqueza, para lo que prepara una reforma fiscal. Así espera "reequilibrar el inmenso desajuste" de la cuentas de la Comunidad, cuya situación se comprometió a publicar "próximamente" para favorecer la transparencia y "sin ánimo de justificar hipotéticos fracasos futuros". "Las rentas bajas y medias, los autónomos y las pymes no tienen nada que temer", dijo, ya que no verán incrementada su presión fiscal.

Tras 68 días en el Gobierno, hizo un balance "razonablemente esperanzador" y resaltó la "aportación muy valiosa" de CHA.