Mejorar el drenaje de la rambla del Jorgito para prevenir las inundaciones costará 415.000 euros

Un anteproyecto encargado por Fomento prevé sustituir dos tramos del desagüe para aumentar su capacidad.

Uno de los vecinos damnificados, junto al muro levantado en sustitución de la tapia arrasada
Uno de los vecinos damnificados, junto al muro levantado en sustitución de la tapia arrasada
a. g./bykofoto

Mejorar el drenaje de la rambla del barrio del Jorgito de Teruel para reducir el riesgo de inundaciones cuesta 415.000 euros, según el anteproyecto encargado por Fomento. El documento, que deberá remitirse a los servicios centrales del Ministerio en busca de financiación, prevé tres actuaciones que podrían ejecutarse en un solo proyecto o de forma independiente. Las obras evitarían o minimizarían los efecto de las avenidas del barranco del Jorgito. Este torrente discurre en su tramo final por una calle que ha sufrido tres inundaciones en el último año; la más grave de ellas –el 9 de septiembre de 2014– dejó aisladas dos viviendas habitadas, una de las cuales tuvo que ser evacuada por el tejado.


Una de las obras contempladas por Fomento prevé ampliar con 100.000 euros las conducciones del tramo final del desagüe –cerca del río Turia– por ser las que presentan más deficiencias. La reforma que afectaría directamente a la calle consiste, sin embargo, en la sustitución de un tubo de desagüe de 2,3 metros de diámetro y 18 de longitud por un túnel rectangular de 4 metros de ancho por 2 de altura. Esta medida permitiría evacuar más caudal con menos altura de agua, lo que reduciría el remanso que se produce en la embocadura y las inundaciones en las viviendas situadas aguas arriba. Se trata de la mejora más cara de las tres planteadas con una coste aproximado de 190.000 euros.


La memoria contempla también cambiar el trazado de una línea eléctrica subterránea que discurre contigua al tramo final de la red de drenaje. Esta obra, presupuestada en 125.000 euros, podría ser la primera en ejecutarse por motivos de seguridad.


El anteproyecto llega cuando se acaba de cumplir el primer aniversario de la avenida más dañina sufrida por el barrio en los últimos años. Los destrozos se agravaron porque la fuerza del agua arrastró dos coches aparcados en la rambla y los incrustó en el tubo de desagüe, lo que provocó su taponamiento y el desbordamiento del barranco.


Tras el suceso, el Ayuntamiento retiró los montones de sedimentos que impedían circular por la calzada, colocó señales prohibiendo aparcar en la calle por su coincidencia con un lecho fluvial y ordenó sustituir la tapia que cerraba la rambla por el margen izquierdo por un muro de medio metro de altura. Además, Fomento inició los trámites para mejorar el desagüe de la rambla, que pasa por debajo de la carretera N-234, y la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) inspeccionó la red de drenaje hasta su desembocadura en el Turia.


Uno de los propietarios afectados por la avenida, Máximo Navarro, explicó ayer que en el último año apenas ha habido mejoras para la seguridad de su vivienda. Indicó que el muro reconstruido en la margen izquierda es «demasiado bajo» para contener las avenidas que registra la rambla. A su juicio, para garantizar que el torrente no se desborde, la pared debería tener al menos 1,5 metros de altura, frente a los 0,4 actuales.


Navarro añadió que los coches siguen aparcando en el barranco, aguas arriba del casco urbano, y, en caso de una gran riada, serían arrastrados hasta el tubo de desagüe con el peligro de que vuelva a taponarse y se repita el episodio de hace un año.


Máximo Navarro y otros tres propietarios afectados por la riada de 2014 han reclamado una indemnización de 82.000 euros por los daños sufridos a las tres administraciones implicadas en la gestión de la rambla –el Ayuntamiento, el Ministerio de Fomento y la CHJ–, de momento sin éxito. Piden la reconstrucción de los muros derribados y la compensación de los costes de limpieza y retirada de lodos de sus fincas.


Además, presentaron una queja ante el Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, que, en una resolución del pasado julio, instó al Ayuntamiento a tomar medidas urbanísticas para «evitar situaciones de riesgo para las personas y propiedades» en caso de futuras avenidas.

Informes contradictorios

Un informe hidrológico elaborado por Fomento a raíz de las inundaciones de 2014 concluía que el desagüe tiene capacidad suficiente para absorber las riadas previsibles con un periodo de retorno de 500 años. Achacó los daños de 2014 al taponamiento del conducto por un coche arrastrado por la avenida.


Los propietarios encargaron su propio estudio hidrológico, que concluyó que la tubería es insuficiente porque, frente a una capacidad máxima de 13 metros cúbicos por segundo, la rambla puede registrar avenidas de 20 metros cúbicos con intervalos de 500 años –el informe de Fomento cifra el máximo en 10 metros cúbicos y de 5,5 para retornos de 100 años–.


El informe de Fomento admitía, no obstante, que en los 14 metros finales de la canalización, que discurren bajo la carretera N-234, la presión del agua podría ser excesiva en las grandes avenidas.

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