Cuando Gerard Piqué convocó el miércoles por la noche una rueda de prensa para el mediodía de ayer en la Ciutat Esportiva de Sant Joan Despí, unos interpretaron que iba a anunciar su adiós a la selección harto de los pitos que recibe cuando juega con la Roja y otros avanzaron que se mostraría conciliador para limar asperezas. Se equivocaron. Nadie esperaba la versión más forofa del central catalán, quien tiene claro que los silbidos se deben a la rivalidad deportiva entre Barça y Madrid y no al enfrentamiento político entre Catalunya y España. Y ya asumida su ‘culpabilidad’ en ese sentido, se puso la camiseta azulgrana para ser más culé que nunca para alegría de sus incondicionales. También dejó claro que no deja la selección.

"Yo tengo mi opinión y creo que los pitos son debidos a la rivalidad Barça-Madrid y a mis comentarios respecto al rival. Yo fui a la última manifestación del 11-S y luego jugué con la selccion (ante Bielorrusia en Huelva y Ucrania en Sevilla) y nadie me pitó. Por eso no creo que sea un tema de la relación Catalunya-España. Mi compromiso con la selección ha sido el máximo desde que debuté en 2003 en una Sub-15. Respecto a la rivalidad con el Madrid, siempre seré así, lo vivo así, soy muy pasional y hay que aceptarme así. Los del Barça siempre vamos a querer que pierda el Madrid", argumentó desde un inicio, dando la cara en todos los temas que surgieron, pero alimentando nuevas polémicas con afirmaciones como la siguiente: "No intento cambiar nada con esta rueda de prensa, si la gente me pita por un tema Catalunya-España, no tiene razón. Y poner en duda mi compromiso no es justo. Pero si es por la rivalidad Barça-Madrid, es algo que existe hace mucho tiempo. Si me pitan en el Bernabéu, no pasa nada, es sinfonía para mí. Que me piten. Pero no debe afectar a la selección. No podemos dejarnos influenciar por todo eso".

Su discurso venía a reconocer que con la referencia a Kevin Roldán en la celebración del triplete dio lugar a aquellos primeros pitos en León en el España-Costa Rica que ahora se han reproducido en Oviedo en el España-Eslovaquia: "No fui elegante aquel día, pero hay que romper a veces con lo que le gente espera, romper con lo preestablecido. Uno no siempre va en traje y corbata, a veces va en bañador y chancletas. Vivimos en una época en la que el Barça ha ganado más que el Madrid. Nosotros invertimos la tendencia y me siento orgulloso de eso".

Lejos de arrepentirse por algún comportamiento, se reafirmó: "No me arrepiento de nada, lo haría mil veces. ¡Yo quiero que el Madrid pierda siempre!". Y puso dos ejemplos de su pasión: "Dije que que quería una final de la Champions League contra el Madrid, pero el día de la semifinal Madrid-Juventus yo iba con una camiseta de Buffon. No lo puedo evitar, No voy a pedir perdón. Tengo una rivalidad, pero mi relación con los jugadores del Madrid es fantástica. Por ejemplo, Iker y Sara nos enviaron flores a Shaki y a mí cuando nació Sasha... Hablamos por teléfono y le di las gracias, pero también le dije que te metan cuatro, sin que tengas nada que ver, porque jugaba al día siguiente ante el Atlético. ¡Y se los metieron!".

"Lo último que haría es dejar la selección porque daría la razón a toda esta gente que me silba por unos motivos que no son correctos", manifestó, afirmando que "mientras me llamen, voy a seguir acudiendo. Pero no me siento maltratado. En el 2003 debuté con la Sub-15, en 2009 debuté en la absoluta. He jugado 70 partidos. Lo he dado todo. No tengo que defenderme de nada, no he dicho nada malo. Si soy sincero, los pitos no me han afectado mucho. Me afectan más por el equipo. Que la gente pite, tiene todo el derecho en pitarme".

De su relación con Sergio Ramos explicó que "no es fantastica, como con Iker, pero sí es muy buena. Cuando debuté, al principio era un poco fría, pero es ahora cuando tenemos mejor relación con Ramos.