El Ebro tumba al Tudelano y saborea la gloria

El conjunto de Emilio Larraz gana en el último minuto de la prórroga y accede a la tercera ronda de la Copa.

Edu García celebra con la afición el gol que dio al Ebro el paso a la siguiente ronda copera.
Edu García celebra con la afición el gol que dio al Ebro el paso a la siguiente ronda copera.
asier alcorta

¡Que pase el siguiente! El Ebro avanza una nueva ronda y se queda a las puertas del Olimpo de disputar un partido ante un equipo de los que estarán en competiciones europeas este año. Con un jugador menos, y cuando ya todo el mundo daba por sentenciado que por segunda semana consecutiva habría que acudir a la suerte de la tanda de penaltis, esta vez contra el Tudelano, un a priori’balón en largo sin peligro finalizó con el tanto de la victoria. El guardameta navarro tenía todas las de ganar, pero erró al salir tarde de su marco, y Edu García, que había entrado de refresco minutos antes, aprovechó su velocidad para ganar el duelo, regatearlo y, a puerta vacía, desatar la euforia de un equipo que sigue soñando despierto en esta Copa del Rey.


Fue lo poco salvable de un partido feo, aburrido a más no poder, y al que solo salvó la emoción de saber quién de los dos sería el que se convirtiese en equipo de tercera eliminatoria. Una batalla física en la que ambos parecían estar a gusto, y que además tuvo la gran contribución hecha por las respectivas zonas defensivas, que dieron una auténtica lección de cómo no se permite ni una concesión a los delanteros.


Parecía como si el partido de pretemporada, que ambos jugaron en Ribaforada, hubiera servido para anotar con extraordinaria precisión las virtudes y defectos de cada uno. Todo estudiado al dedillo, e imposible sorprender al enemigo. El balón conoció sobradamente el cielo zaragozano, ya que pasó mucha parte del tiempo por ahí, ante la imposibilidad de crear jugada elaborada alguna. Apenas si se podría destacar del primer periodo, un tiro lejano por bando, en las botas de Gabarre y Chema Mato.


No cambió el decorado a continuación. Los dos conjuntos seguían con su guerra de guerrillas en la que era imposible encontrar hueco alguno. A los navarros les fue anulado un gol al controlar el central Jonathan con la mano antes de rematar. Como no podía ser de otra manera, solo a balón parado podía venir el peligro, y ahí el Ebro acarició el pase a once minutos del final. Falta desde el costado izquierdo botada por Nacho Lafita, cabezazo de Gabarre, y cuando la grada se disponía a celebrar el tanto, mano milagrosa y salvadora de Itxaso para enviar el esférico a córner.


En la prórroga parecía claro que si ninguno había arriesgado antes, no iba a hacerlo en el periodo extra. A seis minutos del pitido definitivo, el Ebro perdía un hombre de la manera más absurda posible: una protesta de Draman, que el colegiado castiga con amarilla, y ante las constantes quejas del potente delantero, le enseña la roja directa. Al Ebro le podía interesar firmar los penaltis, pero el destino le tenía guardado un precioso guiño.

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