Ignacio Escuín "Vamos a frenar el deterioro del Fleta y darle algún uso"

El nuevo director general de Cultura y Patrimonio del Gobierno aragonés cree que el sector está en una situación límite y se plantea actuaciones de emergencia.

Escuín, ayer, junto a la escultura de Plensa en la Expo.
Escuín, ayer, junto a la escultura de Plensa en la Expo.
oliver duch

Ignacio Escuín es una de las caras nuevas de la política de Aragón, pero no de su cultura. Poeta y editor de poesía, ha mantenido distintos ciclos literarios. Últimamente era responsable de las actividades culturales y la editorial de la Universidad San Jorge, donde daba clases. Ahora ha asumido dos direcciones generales: Cultura y Patrimonio.

Al contrario que sus antecesores, recibidos de uñas, el sector le ha dado la bienvenida. Pero el terreno de juego no es muy distinto. Sigue marcado por una crisis y unas estrecheces presupuestarias que se han cebado con los trabajadores de la cultura. ¿Qué espera conseguir?

La gente estaba muy a la expectativa de que se pongan en marcha rápidamente medidas para levantar el sector. Eso transmite muchísima ilusión y también mucha responsabilidad. Pero, aparte de la actitud, es necesaria una inyección económica. No podemos tirar con el presupuesto que había, necesitamos uno de emergencia para volver a dotar las subvenciones y ayudas del mínimo imprescindible para que sean dignas y el creador, o los programadores culturales o los que han abierto industrias culturales, no sientan que están mendigando.


¿Tan mal están las cosas?

Aragón vive un momento magnífico en cuanto a creadores y activistas culturales, pero, desgraciadamente, estamos en una situación límite. Verdaderos iconos culturales tienen dificultades para llegar a final de año si no reciben un apoyo económico de urgencia. Ojalá hubiéramos encontrado un margen económico distinto. Acarreamos deudas o ese IVA cultural del 21%, y hay que ser muy conscientes y más imaginativos para buscar soluciones.


Con las primeras decisiones han llegado también las críticas. La composición del Consejo de la Cultura de Aragón ha sido muy comentada... y contestada.

Admito que se puede criticar el no reparto del Consejo al 50% entre hombres y mujeres, pero no que se metan con el proyecto, porque se monta esa oficina para abrir una ventanilla al profesional y la gente con ideas. Los 24 nombres que vinieron a la primera reunión son indiscutibles y van a seguir entrando y saliendo.


La Administración se ve lastrada en materia cultural por cuestiones irresolutas. Empezando por el patrimonio. Aquí se siguen cayendo castillos e iglesias.

Contamos con una comunidad de una extensión tremenda y con un patrimonio histórico tan importante y tan nutrido que harían falta tres administraciones con tres presupuestos para atenderlo. Necesitamos más fondos europeos, ayudas de planes específicos. Pero se ha hecho un esfuerzo muy importante desde hace años. El patrimonio no está en la misma situación que la cultura.


¿Qué se va a priorizar?

En cuanto a los yacimientos arqueológicos, queremos ser capaces de sacarle más brillo a al menos uno o dos por provincia, y fomentar un turismo cultural que es fundamental. Sobre los parques culturales, que funcionan muy bien, la política es mantener al máximo el apoyo. Respecto a los museos, los hay importantísimos en las tres provincias, con los que hay que aunar esfuerzos.


¿Confía en avanzar en la recuperación de los bienes salidos de Aragón de forma irregular?

En este tema hay que ser contundente. Por ejemplo, si la sentencia que saldrá el próximo día 25 obliga a Cataluña a depositar los bienes de Sijena en un espacio acondicionado con unas necesidades concretas, Aragón va a cumplir. Si Cataluña no es capaz, se escapa de nuestras competencias. Pero la obra de Sijena, vuelvan o no los bienes, devuelve a la comunidad un espacio que es uno de sus grandes valores.


¿Seguirá el Teatro Fleta con sus vergüenzas al aire?

Es fundamental frenar el deterioro, empezar a trabajar con lo que hay. Estudiamos una actuación que va a permitir que no siga cayéndose y darle algún tipo de uso. Sería deseo nuestro a lo largo de esta legislatura celebrar actos en ese espacio, escénicos y de otros perfiles artísticos.


El Ejecutivo anterior desechó la creación del Espacio Goya en la antigua Escuela de Arte. ¿Será retomada la idea?

Para nada lo damos por muerto, pero va a ser muy difícil acometerlo esta legislatura. No obstante, la Fundación Goya se va a mantener, vamos a seguir trabajando en el proyecto y ahora se van a renovar sus cargos con gente que puede aportar mucho. El nombre de Goya es muy importante. Eso algún día puede ser un gran museo, que realmente sea un santo y seña de Aragón.


¿La colección de Pilar Citoler ‘llena’ el museo Pablo Serrano?

Es ya patrimonio del Gobierno de Aragón y vamos a intentar difundirla, del mismo modo que el legado de Pablo Serrano o el de Román Escolano. Pero hay que elaborar un proyecto museológico contundente y actuar para que aquello sea un centro de la cultura contemporánea en todos los ámbitos. Queremos dotar de actividad permanente a la terraza. También, instalar allí la oficina cultural que vamos a abrir y una sede de la ‘film commission’. Y sale ya a licitación la librería, que, por cierto, me encantaría que fuera asumida por una aragonesa.


¿Seguirá el proyecto expositivo sobre la Corona de Aragón?

Se ha terminado. Creemos en otro modelo de exposiciones y de poner en valor el patrimonio aragonés y su historia. El coste de la exposición sobre Fernando el Católico supera el millón de euros y no podemos asumir esos gastos.


Se le supone una particular sensibilidad con la creación y difusión literarias. ¿Qué cabe esperar del Centro del Libro?

A partir de ahora se llama Centro del Libro y la Cultura en Aragón y se va a apreciar una renovación inminente de su web... Están descartados los grandes gastos de otras épocas, pero sí puedo decir que el Premio de las Letras Aragonesas o el Miguel Labordeta, y también el Aragón Goya, recuperarán la dotación económica. Es vergonzosa la situación actual.


¿Otros proyectos?

Vamos a intentar sacar adelante una compañía aragonesa de danza, en la que ya están trabajando conjuntamente Víctor Jiménez, director de Lamov, y Miguel Ángel Berna. Por otra parte, Nacho del Río nos ha presentado un proyecto muy interesante de una fonoteca de la jota que recoja la tradición pero que atienda también al presente. Asimismo, vamos a empezar ya con actividades en el Centro Buñuel de Calanda. Y estamos recuperando la relación con Saura para colaborar en su película sobre la jota en Aragón, en la que tenemos que estar.

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