La confianza que existió entre Fernando I de Aragón, el Católico, y el Gran Capitán y la lealtad al rey se atisba en la relación epistolar, inédita, que el Museo del Ejército va a mostrar dentro de una exposición en homenaje a Gonzalo Fernández de Córdoba que incluye documentos cifrados que aún no han podido ser transcritos.
En el Alcázar de Toledo, sede del Museo del Ejército desde 2010, se ultima la
exposición sobre el Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, en el quinto centenario de su fallecimiento, que
se inaugurará el 24 de septiembre y estará abierta al público hasta el 31 de enero de 2016.
El comisario de la exposición, el coronel Jesús Ansón, dijo que el Gran Capitán e
s una figura sobre la que se ha escrito mucho, de Quevedo a Cervantes, y que era "lo que hoy llamaríamos un líder".
El comisario, que lleva año y medio inmerso en la preparación de esta exposición,
ha resaltado que una de las primeras cualidades de Gonzalo Fernández de Córdoba (1453-1515)
fue "su gran lealtad" a los Reyes Católicos. Incluso cuando el rey lo llamó de Napolés y le hizo regresar a España, a Loja (Granada), donde murió a los 62 años, Ansón mantiene que la relación personal entre Fernando y Gonzalo "fue buena en todo momento".
Una parte destacada de la muestra serán los
documentos, algunos inéditos,
del archivo particular de la Casa Ducal de Maqueda, que desvelan la relación epistolar entre el rey y su capitán.
Fernando el Católico marcaba al Gran Capitán las instrucciones sobre la política que tenía que ejercer en Napolés, desde medidas puramente administrativas hasta cómo administrar justicia, y daba detalles muy concretos de lo que debía hacer.
Por ejemplo, estas cartas desvelan que
el rey hablaba de la conveniencia de que los soldados españoles se casaran con mujeres napolitanas para asentarse en la zona o establecía la forma concreta de ajusticiar a un traidor.