José Luis Millán "Probar la causa inicial de la explosión será técnicamente imposible"

El jefe de los Tédax de la Guardia Civil fue uno de los primeros en entrar
en la pirotecnia. Pese a su dilatada experiencia, nunca se había enfrentado a tanta destrucción.

El responsable de los Tédax, José Luis Millán, ayer, junto a la pirotecnia de Garrapinillos.
El responsable de los Tédax, José Luis Millán, ayer, junto a la pirotecnia de Garrapinillos.
José Miguel Marco.

- La cadena de explosiones de la pirotecnia de Garrapinillos hizo temblar a los pueblos del entorno e incluso a Zaragoza. ¿Qué pensó el jefe de los Tédax al escuchar semejante ruido?

- No escuché nada. Volvía con mi familia de vacaciones y pasábamos por Cariñena cuando mi hijo me advirtió de la gran nube de humo. Cuando llamé al cuartel y me dijeron que era la explosión en la pirotecnia, me fui con lo puesto directamente hacia Garrapinillos.


- ¿Esperaba encontrarse algo así?

Nunca. Nosotros fuimos allí pensando que se había producido una única explosión en un polvorín y que sería un rescate relativamente sencillo. No podíamos imaginar que se tratara de una cadena de hasta ocho explosiones. Pero nada más llegar nos encontramos llamas y pólvora hasta en el vallado y vimos que había desaparecido la pirotecnia entera.


- Ante un caos de esta magnitud, ¿por dónde se empieza?

- Lo primero es quitar de allí a la gente. Había heridos en estado de ‘shock’ que no sabían ni dónde estaban y otros que después de la explosión ni siquiera oían. Sacamos a todo el mundo y nos quedamos solo dos de nosotros y cuatro bomberos, con los que entramos a batir la zona en busca de los desaparecidos.


- No tiene que ser fácil entrar en un lugar donde se siguen sucediendo las explosiones y te juegas la vida.

- No lo piensas.Si lo hicieras, no entrarías.Pero mientras haya personas a las que rescatar, alguien tiene que ir a por ellas.


- ¿Estuvieron mucho tiempo buscando entre el fuego?

- Nos dijeron que faltaban cuatro personas, así que fuimos recorriendo todas las instalaciones en su busca. Nos topamos con tres fallecidos, por lo que seguimos buscando hasta llegar al foco de las explosiones, donde nos habían dicho que trabajaba otro operario. Al ver la magnitud de la destrucción y que no había ni siquiera restos, entendimos que esta persona también era víctima y que no debíamos asumir más riesgos.


- ¿Qué precauciones se adoptan en estos casos?

- Hay que saber por dónde pasar y qué se puede coger. El suelo estaba lleno de pólvora y la menor fricción puede provocar una detonación. Los Tédax vamos por delante y cuando vemos alguna caja de material que tiene llama cerca pedimos a los bomberos que la mojen. Aun así, nos cogió alguna explosión de carcasas de cohetes como a diez metros. Son bolitas, pero si te cogen las piernas te has quedado sin ellas.


- ¿Saben ya la pólvora que pudo llegar a explotar en la planta?

- Sabemos que la empresa tenía licencia para almacenar hasta 120 toneladas de pólvora en la planta de Garrapinillos, pero nos dicen que solo alcanzan esa punta en el mes de mayo. Además, después del accidente se han retirado unas 30 toneladas de material. Solo en el primer polvorín que explotó habría unos 10.000 kilos de mezcla, pero hay que sumarle la que había en los otros seis silos y en el furgón que estaba recogiendo el producto acabado de las casetas de trabajo.


- ¿Y por qué se produjo la reacción en cadena?

- Barajamos dos teorías de propagación: la accidental y la onda de temperatura. Cuando hablamos de accidental, nos referimos a que había más de un millón de bolas de color –con las que se elaboran los cohetes– en los polvorines de acabado y que estas pudieron caer sobre los tejados del resto de edificaciones. Pero nosotros nos decantamos más por la onda calórica, que sería algo parecido a lo que ocurrió en el cámping de Los Alfaques (Tarragona) –el 11 de julio de 1978, con 243 fallecidos y 300 heridos graves–. Y nos inclinamos por esta posibilidad por la disposición de las víctimas y su estado. Además, la explosión hubiera tirado todas las construcciones y algunas siguen en pie.


- ¿Cómo actúa una onda de temperatura?

- Por la cantidad de explosivo que había, pudieron alcanzarse temperaturas de entre 500 y 2.000 grados.El fuego entra por la caseta y pasa en dos segundos, pero si en ese momento estás trabajando con pólvora todo salta por los aires.


- ¿Se sabrá algún día cuál fue la causa de la explosión inicial?

- Yo creo que técnicamente será imposible. Podremos aportar muchas hipótesis, pero al haber desaparecido el polvorín que explotó primero tenemos pocos elementos sobre los que trabajar. Tendremos que basarnos mucho en los testimonios de los supervivientes. Sobre todo, en los tiempos. Saber cuánto pasó entre la primera y la última explosión será vital.


- ¿Le había tocado trabajar antes en un escenario semejante?

- En una pirotecnia, nunca. Yes el peor lugar posible. Porque en cualquier otra parte, se produce la explosión y ahí se acaba. Pero aquí no sabes dónde va a producirse la siguiente detonación. Sin duda, es el escenario más peligroso.

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