Calatayud y Tarazona entregan admiración y cariño al pelotón

Los miles de aficionados que presenciaron la etapa se volcaron con los corredores, a los que no pararon de jalear tanto en la salida como en la llegada. Se vivió un ambiente festivo y emocionante.

Cientos de aficionados fotografían en Tarazona al lituano Bagdonas, ayer durante la 13ª etapa de la Vuelta Ciclista a España.
Cientos de aficionados fotografían en Tarazona al lituano Bagdonas, ayer durante la 13ª etapa de la Vuelta Ciclista a España.
ARÁNZAZU NAVARRO

Los aficionados al ciclismo vivieron ayer una intensa jornada en la Comunidad Aragonesa. La decimotercera etapa partía desde Calatayud, localidad que no vivía una cita de la Vuelta a España desde 1995. "Y 20 años son muchos", explicaba Ángel Ramón, un bilbilitano que dijo sentirse "muy contento de poder repetir una experiencia tan positiva". Ramón, de 70 años, subrayó "la gran animación" que existía en toda la zona, que aún hacían "más alegres las fiestas patronales" que acababan de iniciarse esa misma mañana.


También Francisco Blasco, de 68 años, fue testigo del anterior paso de la Vuelta Ciclista a España por Calatayud. "Recuerdo que en aquella oportunidad fue un final de etapa. Los ciclistas llegaron entonces desde Sabiñánigo", declaró Blasco en la explanada del ferrocarril, mientras los ciclistas firmaban autógrafos y se realizaban fotos con los aficionados. "Hay muchísima animación. Ojalá venga en más ocasiones, ya que aporta dinero a la ciudad", añadió.


El colombiano Jason Lozano, residente en Zaragoza, se desplazó desde la capital aragonesa vestido con la indumentaria de su país:"He venido hasta aquí para animar a mis compatriotas. Para nosotros, es todo un orgullo que exista una representación de Colombia de tanta altura en la presente edición de la Vuelta. Este año hay 12 o 13 participantes, y todos vienen con un gran nivel. Colombia se ha hecho notar este año", recordó Lozano, quien ya se desplazó a Borja el pasado año. "Cada vez engancha más. Y aunque son deportistas de alto nivel, los ciclistas son muy accesibles, sin duda mucho más humildes que los jugadores de fútbol", advirtió Lozano, quien también tenía previsto viajar a Tarazona para presenciar el final de la etapa.

La Vuelta Júnior

Y en Tarazona, la de ayer fue una jornada muy apasionada. El acceso a la ciudad desde la carretera de Cunchillos se convirtió en la línea de meta de la decimotercera etapa. Unos 150 niños de Tarazona de 3º a 6º de Primaria tuvieron el privilegio de estrenarla en la Vuelta júnior, una carrera de apenas un kilómetro que se organiza en algunas de las ciudades por donde recala la ronda ciclista. Olivia Salazar, coordinadora de la misma, explicó que el objetivo es "fomentar el deporte entre los más pequeños y que disfruten con seguridad". Para ello, a los niños se les presta una bicicleta con su correspondiente casco, y se les entrega una camiseta con dorsal y unos pases para que sus familias puedan ver la carrera junto a la línea de meta.


Hasta la capital del Moncayo llegaron aficionados de casi todos los rincones del país, especialmente de la capital aragonesa, la vecina Soria y de Navarra, donde el ciclismo es uno de los deportes estrella. "Llevo el ciclismo en la sangre, he venido de propio porque la etapa de Tarazona era la más cercana a donde vivo, Olite", comentó un navarro. Desde Ólvega llegó un aficionado para ver y apoyar al ciclista vasco Markel Irizar, "que tuvo un cáncer testicular y aquí está el tío demostrando quién es, un valiente". También se dejaron ver una pareja de gallegos que se encontraba haciendo turismo por Aragón y decidió visitar Tarazona con motivo de la Vuelta. Incluso acudieron seguidores desde Francia, como es el caso de un matrimonio que se desplazó en su autocaravana.


Del extranjero también llegaron numerosos medios de comunicación. Tarazona se convirtió en un improvisado plató de televisión, con periodistas de múltiples procedencias: desde asiáticos hasta europeos, como es el caso de TV2 de Dinamarca o del canal Eurosport. No faltó el equipo de Televisión Española, que retransmitió en directo la etapa con la icónica pareja formada por el comentarista Carlos de Andrés y el exciclista Pedro Delgado. Perico no paró de fotografiarse y firmar autógrafos a decenas de seguidores que se le acercaron cuando bajó del set. Atendió absolutamente a todos. "No tengo ninguna queja, la gente me quiere mucho, algunos llevan muchas horas esperándome, así que trato de compensarlos", dijo entre foto y foto.


Quien tampoco dejó escapar la oportunidad fue otro navarro, el artista Serafín Zubiri, gran aficionado a las dos ruedas, que acudió a Tarazona acompañado por familiares y su "mejor amigo": su perro guía de nombre Kron. "Soy practicante de ciclismo desde hace muchos años y conozco la Vuelta desde que era muy pequeño. Mi hermano estuvo 20 años en la caravana con José María García y siempre hacía varias etapas con ellos", recordó.

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