España, a restaurar su dañado prestigio

?Tras la decepción del Mundial, la selección inicia mañana el Eurobasket con el reto de recuperar el trono europeo.

Rudy machaca el aro rival, en el amistoso de Zaragoza.
Rudy machaca el aro rival, en el amistoso de Zaragoza.
asier alcorta

La selección española, que ayer volvió a entrenarse en Berlín, iniciará mañana el Eurobasket con tres retos de envergadura: restaurar su prestigio, dañado en el Mundial de 2014, cuando fue eliminada por Francia en los cuartos de final; luchar de nuevo por el podio continental; y, además, acceder a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Esta triple empresa no será nada sencilla. Al contrario, España se presenta en Berlín, donde jugará la primera fase, con numerosas bajas en sus filas, y todas ellas de una importante repercusión.


No contar con Marc Gasol, uno de los tres mejores pívots del planeta, ni tampoco con Juan Carlos Navarro, capitán y desatascador del equipo español en la última década, son palabras mayores para un conjunto que también tendrá las ausencias de Ricky Rubio, José Manuel Calderón, Serge Ibaka y Alex Abrines.


Sin embargo, la selección española cuenta con recambios solventes para optar al oro europeo. Pau Gasol es el indiscutible mascarón de proa, y afronta la cita en un momento de forma formidable, tal y como ha venido demostrando en los encuentros de preparación. El jugador catalán, que ha recuperado su mejor versión en los Chicago Bulls, será la referencia más fiable del equipo nacional.


En sus dos actuaciones más recientes, y sin emplearse al máximo, ya ha dado evidentes muestras de su inmenso potencia: destrozó a Macedonia en Logroño, con 26 puntos y 16 rebotes en apenas 22 minutos (41 de valoración); y contribuyó al triunfo contra la República Checa, en Zaragoza, el pasado 30 de agosto, con 18 tantos y 12 capturas en los 21 minutos que permaneció sobre la pista (36 de nota general).


Además, el combinado nacional cuenta con el bloque victorioso del Real Madrid, absoluto dominador de la pasada temporada en España y en Europa. Sergio Rodríguez, Sergio Llull, Rudy Fernández y Felipe Reyes son jugadores contrastados, de reconocido prestigio internacional, habituados a manejarse en partidos de máxima exigencia y capacitados para asumir responsabilidades en los momentos más comprometidos. Son características que también presenta Nikola Mirotic, quien debuta en el equipo nacional con galones y mando. De momento, en los partidos de preparación ha ofrecido un rendimiento notable, acorde a las expectativas generadas. De esta forma, y pese a las bajas, España dispondrá a priori de un bloque sólido y potente, muy competitivo, que cuenta con argumentos suficientes para conquistar el título.


El grupo más exigente

Aun con todo, el segundo escalón tendrá que ayudar más que nunca. Fernando San Emeterio y Víctor Claver deberán dar ese paso adelante que se les pide por su condición de veteranos y por atesorar un talento que, sin embargo, no terminan de explotar de manera definitiva. Y los nuevos –Willy Hernangómez, Pau Rivas, Guillem Vives y Pablo Aguilar–, tendrán que asumir un importante protagonismo, especialmente Hernángomez y Rivas. La selección puede aspirar a todo, aunque también es verdad que no puede permitirse contratiempos físicos en su núcleo duro.


El camino será arduo, largo y lleno de obstáculos. La primera piedra será Serbia, actual subcampeona del mundo, y luego seguirán los enfrentamientos con Turquía, Italia, Islandia y Alemania. Por este orden. Islandia parece la cenicienta en el grupo de la muerte, pero no solo habrá que superar el corte, sino obtener una clasificación puntera para tener unos cruces de octavos y cuartos de final con más opciones.


Serbia será un examen en toda regla, porque el nivel del equipo español es una pequeña incógnita al haber disputado solo siete amistosos, todos con victoria, pero ante selecciones de un nivel medio. Turquía vuelve a tener un equipo que por nombres y calidad impresiona, aunque a la hora de la verdad no suele obtener grandes resultados. Italia llega con todo y con sus tres jugadores NBA –Marco Bellinelli, Danilo Gallinari y Andrea Bargnani– por primera vez en un gran campeonato. Y Alemania juega como local y tiene a Dirk Nowitzki como referente y catalizador de un juego que peca de falta de creatividad, pero cuya plantilla impresiona por su elevada estatura.

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