Leciñena solicita la liquidación voluntaria para garantizar la viabilidad de la empresa

La firma concursada quiere liberar de cargas la fábrica y que lleguen inversores.

Aspecto de las instalaciones de la fábrica de Leciñena en Utebo en 2006.
Aspecto de las instalaciones de la fábrica de Leciñena en Utebo en 2006.
oliver Duch

El fabricante aragonés de remolques y semirremolques Leciñena presentó ayer en el juzgado de lo Mercantil número de 2 de Zaragoza una propuesta de liquidación voluntaria que la administración concursal debe autorizar y cuyo objetivo es desprenderse de todos los activos improductivos para asegurar precisamente la viabilidad de la fábrica.


En concurso de acreedores desde hace 18 meses, esta empresa familiar está decidida a mantener un negocio con 50 años de vida a sus espaldas. "Esta propuesta de liquidación debe entenderse no como un paso hacia el cese de la actividad sino como todo lo contrario, la forma de salvaguardar la fábrica de Utebo y los 70 puestos de trabajo que se han podido mantener", explicaron fuentes conocedoras de la situación.


Aunque la deuda que llevó a la empresa a solicitar primero preconcurso, en octubre de 2013, y luego concurso voluntario, en enero de 2014, asciende a 30 millones de euros, la reestructuración de la empresa (con un ERE pactado en abril del año pasado para extinguir 60 contratos) ha hecho posible que los 68 que se quedaron trabajando hayan conservado su puesto y que incluso se haya incorporado alguno más. "Ha habido que redimensionar la compañía, pero afortunadamente han seguido teniendo pedidos importantes que junto al repunte del mercado les ha permitido seguir hacia adelante", indicaron las mismas fuentes. Y es precisamente para no comprometer ese futuro por lo que Leciñena, que espera cerrar el año con una facturación de 8 millones de euros, un 60% más que el año anterior, ha presentado ante el juzgado esta propuesta de liquidación.


Ahora en base a dicha propuesta, la administración concursal, que rige los destinos de la empresa desde hace año y medio, tendrá que estudiar qué parte es necesaria y qué parte no para salvaguardar la unidad productiva. "En 18 meses, la empresa ha ido mejor, está al corriente de pagos con proveedores y empleados y tiene buenas expectativas porque el mercado tras los duros años de la crisis está remontando", indicaron fuentes cercanas a Leciñena, que trata así de sacar a la venta o subasta los activos que no resulten necesarios para la actividad productiva tratando de reducir el peso de la deuda y favoreciendo la llegada de posibles inversores. "Hay conversaciones avanzadas, pero nada que se pueda dar por cerrado", añadieron.


Pese al concurso de acreedores, la confianza de proveedores y ‘partners’ en Leciñena ha permitido mantener a flote esta empresa. La liquidación voluntaria es el paso necesario para salvar esos empleos. "Se trata de liberar naves, maquinaria y demás activos improductivos para centrarse únicamente en lo productivo", explicaron a este diario fuentes consultadas.


Es un paso importante, reconocieron fuentes jurídicas y ahora se abre un plazo de un año para que pueda ejecutarse esa liquidación. "Lo primero es que la administración concursal lo apruebe. Puede ser en un mes o menos y después se presentará a los acreedores para que hagan las alegaciones que estimen oportunas. Si algunos de ellos tienen hipotecas sobre los bienes a liquidar, han de autorizar que se pueda vender libres de carga siempre que la empresa cumpla con sus propias garantías. Y ya resueltas las alegaciones, proceder a la venta o a la subasta", indicaron las mismas fuentes.


No obstante, apuntaron, hace falta tiempo para que esta liquidación pueda llevarse a cabo en términos ventajosos, que ayuden a que posibles inversores aporten liquidez y pueda superarse la situación concursal.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión