Casetas recuerda a sus vecinos fallecidos en la explosión con una muestra de afecto masiva

Todos residían en el barrio, aunque algunos eran de Utebo y Garrapinillos. En Pinseque también hubo una concentración.

El alcalde de Casetas, José Luis Román, presidió la concentración en memoria de las víctimas de la explosión que se celebró ayer.
El alcalde de Casetas, José Luis Román, presidió la concentración en memoria de las víctimas de la explosión que se celebró ayer.
ASIER ALCORTA

Los pueblos cercanos a la Pirotecnia Zaragozana (Casetas, Pinseque y Garrapinillos) celebraron ayer diversas concentraciones en homenaje a las víctimas de la explosión del pasado lunes. Los vecinos de Casetas se reunieron a las 12.00 en la plaza de la Alcaldía para recordar la memoria de las personas que perdieron la vida en la tragedia.


De este barrio rural zaragozano proceden buena parte de los trabajadores de la entidad y también allí es donde residían la mayoría de los heridos y fallecidos. El alcalde, José Luis Román, comentó ayer que los vecinos estaban "consternados". "Nos encontramos todos abatidos porque eran personas del barrio y todos tenían relación con Casetas. Al tratarse de una empresa cercana, trabajaba mucha gente de la zona. Eran muy queridos y conocidos por todos. Ha sido muy fuerte. Estamos que no nos lo creemos", señalaba el alcalde ayer.


Aun así, Román se mostró esperanzado sobre los heridos. "Esperamos de verdad que se recuperen. La que más nos preocupa es Silvia, la mujer de Carlos, que está muy mal. Ojalá mejoren todos", apuntó. El alcalde también recordó que "no es la primera vez que pasa" un suceso así en el lugar.


Hoy a las 18.00 estaba previsto el entierro del matrimonio formado por Javier Vives y Carmen Rodríguez y también el de Carmen Romero, pero finalmente se ha suspendido porque no se han terminado de realizar las autopsias. "Estamos a disposición de lo que digan los familiares" para organizarlos, aseguraba ayer Román.


El sufrimiento era intenso también en la cafetería Los Pirineos, situada justo a la entrada de Casetas. Allí, algunas de las víctimas acudían prácticamente a diario a comer o a pasar el rato entre amigos. "Goyo, Carmen y Javier venían muchísimos días. Gregorio estuvo ayer aquí. Prácticamente siempre se quedaba a comer pero ayer justo no porque me dijo que tenía comida de sobra en casa", aseguraba Miguel Ángel Pinilla, dueño del establecimiento. "Ha sido un palo tremendo. Eran personas muy humildes y trabajadoras, muy buena gente. Hacían mucha vida aquí, eramos casi familia", indicó el hombre.


Dos vecinas también recordaron al matrimonio fallecido. "Eran encantadores. Nos veíamos normalmente aquí o en la plaza del Castillo y teníamos muy buena relación", señaló una de ellas. Junto a ambas se encontraba Lorenzo Alcañiz, miembro del comité de empresa de Pirotecnia Zaragozana y trabajador de la entidad desde hace muchos años. "Estábamos muy preocupados porque no supimos nada de ti hasta muy tarde", le comentaba un amigo. "Es que no podía coger el teléfono", respondía el hombre emocionado. Lorenzo ha vivido como trabajador las tres últimas explosiones que se han producido en el emplazamiento.


Pedro Samper, aunque está ya jubilado, es otro de los trabajadores históricos de la compañía. "No me explico qué ha podido pasar. Que haya sido un problema de seguridad me extraña porque es una de las empresas más seguras de Europa. Quizá el intenso calor que ha hecho estos días en la ciudad haya influido, pero no lo sé", afirmaba el hombre.


Los vecinos del barrio trataban de recuperarse ayer de la tragedia vivida. "Ha sido un golpe muy fuerte. Eran todos personas muy apreciadas aquí", comentaba Conrado Pérez, otro de los habitantes de Casetas.

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