La cifra récord de diez fallecidos en montaña en un solo mes –desconocida desde hace muchos años– ha llevado a los expertos a hacer un llamamiento a la prudencia y a reclamar más campañas de prevención para tratar de frenar estos números dramáticos que se han agravado este último fin de semana con dos montañeros fallecidos en el glaciar del Aneto (Benasque) y el pico Gabietos (Torla-Ordesa).

Luis Masgrau, presidente de la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM), reconoció ayer estar sorprendido y preocupado por el elevado número de fallecidos de este mes "porque después de un inicio de verano que había sido bastante tranquilo, no era previsible que tuviéramos un final tan terrorífico". Con todo, también recordó que las 17 víctimas mortales de este 2015 (2 en enero, 1 en junio, 3 en julio y 10 en agosto) siguen siendo muy inferiores a la treintena que se llegaron a registrar en más de una ocasión en las últimas dos décadas.

Entre los 10 fallecidos en montaña que contabiliza la Guardia Civil hay cuatro montañeros, tres barranquistas, un senderista y un pastor. Y Masgrau no ve ninguna causa objetiva que explique la coincidencia de tantos siniestros mortales. "La montaña no está especialmente peligrosa salvo algunas zonas concretas como el glaciar del Aneto. Además, entre las víctimas parecía que había tanto gente de nivel medio como expertos por los lugares de los accidentes. Y está siendo un verano bastante benévolo en lo meteorológico", manifestó.

No obstante, sí cree que uno de los factores que ha podido determinar el repunte es que "este verano hay más gente que nunca en la montaña. Otros años la temporada alta iba solo del 15 de julio al 15 de agosto, pero este año hubo una gran afluencia todo julio y en este final de mes sigue estando llena la media y la alta montaña". Y en este sentido resalta que esos miles de turistas que están llenando estos días los hoteles del Pirineo "no se quedan en la habitación viendo la televisión sino que pasan 6 o 7 horas diarias en el monte y muchos son inexpertos y cometen imprudencias".

Masgrau destaca el esfuerzo que se hace desde Aragón a través de la campaña Montañas Seguras "aunque hay mucho que mejorar para conseguir que la gente venga ya con la actividad planificada, y sin improvisar, y con el equipamiento necesario".

Por su parte, el aragonés Alberto Ayora, nombrado recientemente responsable de Comité de Seguridad de la Federación Española de Deportes de Montaña, considera que las valoraciones sobre este tipo de siniestros en el medio natural hay que hacerlas con una perspectiva a largo plazo y no solo comparando dos meses "porque sino a veces da la impresión de que está sucediendo algo dramático, como este año, y otra parece que es todo lo contrario, como se dijo en 2014".

Ayora subraya que aunque sea lo más llamativo y trágico "las cifras de fallecidos son solo la punta del iceberg de los accidentes". A su juicio, el repunte de este mes de agosto es una consecuencia más estadística "porque los años con buena climatología vas a tener más accidentes por una simple fórmula matemática ya que cuando más gente hay en el medio natural más riesgo existe".

Por ello, cree que es preferible analizar el problema con una visión más amplia y critica la falta de una campaña de prevención a nivel nacional, igual que ocurre con los accidentes de tráfico, que incluya medidas que se vayan renovando "porque no vale hacer siempre lo mismo". En este sentido, valora positivamente que en Aragón se mantenga año tras año la dotación económica para la campaña Montañas Seguras pero también opina que "tenemos que ir más allá y hacer otras cosas a nivel loca, regional y nacional, y sobre todo que las administraciones se comprometan de verdad".

Este experto en seguridad en montaña recalca que "accidentes va a seguir habiendo siempre a no ser que se valle el monte", pero que lo importante es informar y concienciar para evitar muchos siniestros que son previsibles si se mejora la sensibilización.