Stuyvens y Chaves sonríen en la etapa más accidentada
Van Garderen, Boeckmans, Martin y Bouhanni se retiran de la Vuelta.
Ciclistas tendidos en el asfalto, algunos junto a los raíles del tranvía, el belga Kris Boeckmans no se movía... Mala pinta tenía aquella imagen. El estadounidense Tejay Van Garderen se fracturó la clavícula derecha a consecuencia de esta caída, mientras que el más preocupante es Boeckmans, con diferentes lesiones según informó el Lotto Soudal, su equipo, ayer en un comunicado de las que está siendo tratado en el Hospital Vírgen de la Arrixaca de Murcia.
El accidente fue la antesala del doble ascenso al Alto de la Cresta del Gallo, un puerto de tercera a 16 kilómetros de la capital que sembró el pánico por momentos. Allí llegó el pelotón alterado. Primero, porque el líder Chaves se había quedado descolgado. Los favoritos salieron volando, claro. Y luego, porque el descenso exigía colocarse en lugares seguros.
En la segunda subida, Brambilla, Gonçalves y Durasek trataron de abrir camino hacia Murcia, pero el grupo, muy desordenado y agitado por el interés de provocar el esprín, anuló la tentativa. Un pelotón reducido a 25 unidades quedó al frente a 8 kilómetros de meta, cuando Peter Sagan fue arrollado por una moto. El eslovaco, encolerizado y apartado de la lucha por la victoria, pateó la bicicleta y juró en todos los idiomas posibles. Fue multado finalmente con 300 francos por "injurias y amenazas" y por "atentar a la imagen del ciclismo". La moto, perteneciente a la organización, fue excluida de la Vuelta.
Ya no hubo más sobresaltos. La suerte estaba echada para los velocistas que se habían salvado de caídas y atropellos y que mantenían fuerzas tras el puerto.
Hoy, otra prueba con final en alto: 168 kilómetros entre Torrevieja y el Ato de Puig Llorença.