Otal estrena iglesia restaurada y acceso culminando dos históricas demandas
Los vecinos celebraron ayer por primer vez misa en el templo tras las obras de reconstrucción de la cubierta.
Tres años después de que se derrumbara su techumbre, el Gobierno de Aragón invirtió 174.000 euros para rehabilitar la cubierta derruida de este templo de estilo mozárabe aragonés situado a 1.465 metros de altitud, datado entre los siglos X y XII y declarado Monumento Nacional en 1982 además de BIC. Una actuación que llegó 30 años después de la que la Asociación Amigos de Serrablo acometiera una rehabilitación para frenar su deterioro.
A la par de las obras de rehabilitación, en otoño se empezó a trabajar en la apertura de una pista forestal, que no ha estado exenta de polémica, pero que ayer se pudo estrenar. Con todo, aún no está terminada, ya que tras abrir el paso hay que esperar unos meses a que se asiente el terreno. En octubre, seguirán los trabajos para crear las cunetas, las salidas de agua y acondicionar los barrancos, según explica Jorge Castiella, concejal del Ayuntamiento de Broto, que impulsa el proyecto.
El proyecto ha mejorado la pista que parte desde el túnel de Cotefablo (N-260a) y que aprovecha en parte un camino construido en los años 70 para llevar maquinaria para investigar yacimientos petrolíferos. Son casi nueve kilómetros de trazado con un desnivel de 500 metros y una pendiente constante, excepto un par de tramos, de entre los 8 y el 10%.
Con todo, Jorge Castiella resalta que la pista es "fundamental" para los ganaderos, ya que da acceso a un monte de utilidad pública propiedad del Ayuntamiento, en el que se pastan unas 1.000 cabezas de una veintena de ganaderos de Oto, Sarvisé, Ligüerre de Ara, Oliván o Fiscal.
Por parte de los vecinos, "muchos tienen perspectivas de rehabilitarse la casa o una borda para pasar los días de verano". Tampoco se descarta la posibilidad de abrir a las visitas la iglesia, incluida en la ruta de Serrablo.
Llama la atención que se hiciera la inversión en los viajes de helicóptero en agosto cuando en otoño se empezó a abrir la pista. Castiella justifica que el Ayuntamiento ofreció a Patrimonio del Gobierno de Aragón que invirtieran en la pista el presupuesto destinado al transporte pero "nos hicieron caso omiso", lamenta.
La inversión en la pista ha rondado los 50.000 euros, para lo que han contado con la ayuda de la DPH y con el dinero que pagan los ganaderos por el aprovechamiento del monte.