Vuelta al trabajo en Opel, con el Meriva y el C3 Picasso a la vista

Más de 5.000 operarios retornan hoy a Figueruelas con expectativas de llegar a producir más con los nuevos modelos.

Un operario, en la línea de montaje de Figueruelas el pasado mes de mayo.
Un operario, en la línea de montaje de Figueruelas el pasado mes de mayo.
oliver Duch

La planta española de General Motors recupera hoy la actividad tras tres semanas de vacaciones que han permitido acondicionar la factoría para la llegada de los nuevos modelos. Aunque hasta 2017 no empezará la producción en serie del nuevo Meriva y el sustituto del C3 Picasso, un año antes Figueruelas tiene que prepararse para estos lanzamientos. De ahí que el verano, aunque no haya sido tan frenético como el anterior –en que hubo que ultimar el lanzamiento del Mokka– haya servido para liberar espacios y ubicar parte de la fabricación de subconjuntos y carrocerías de la nueva generación Meriva/Picasso.


De forma paralela, las auxiliares que ya tienen piezas adjudicadas para los nuevos modelos han aprovechado el paréntesis estival para adecuar maquinaria y utillaje, recuerda David Romeral, gerente del Cluster de la Automoción de Aragón. Si bien los más de 5.000 trabajadores de producción de Opel se han incorporado hoy a las 6.00, los de la industria auxiliar (unos 15.000) se han adelantado un par de días en la vuelta a la actividad. "Septiembre va a ser el termómetro para medir cuál va a ser la tónica en lo que queda de año", dice.


"Las previsiones apuntan a una producción algo inferior a la de los seis primeros meses sobre todo en Corsas", indica Romeral, debido principalmente al cierre del mercado ruso y al peor comportamientos de otros como el de Turquía. No obstante, "2015 acabará en positivo". Anfac, avanza Romeral, "da una estimación de que el conjunto de fabricantes españoles cerrará el año con 2.600.000 coches producidos frente a los de 2.400.000 de 2014. Llevamos dos años con incrementos del 10%, lo que significa que la automoción sigue tirando de la industria".


Desde General Motors rehúsan avanzar cómo cerrará el año. Las previsiones de producción, se justifican, cambian mes a mes. De ahí que prefieran no aventurarse a decir qué volúmenes habrá que fabricar. Solo están seguros de que el ejercicio cerrará con más unidades que las 319.502 producidas en 2014, pero no saben si rondarán las 367.000 que estimaron a final de mayo –al presentar el ERE de suspensión temporal de 30 días– o si estarán por encima o por debajo de esa cifra. Sin embargo, no será hasta 2017, en que empiecen a fabricarse los dos nuevos modelos, cuando Figueruelas pueda volver a alcanzar los 480.000 vehículos fabricados en 2007, antes de la crisis, un horizonte que todavía se ve lejano.

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