El claustro de la catedral se someterá a un lavado de cara

La Fundación de Albarracín acometerá la restauración de este espacio, que cuenta con un singular vía crucis.

El claustro y el retablo del altar mayor de la catedral de Albarracín serán sometidos a una profunda restauración que permitirá sanear y mejorar la imagen de ambos monumentos. Esta es la última intervención prevista en el plan integral del templo de la localidad que acomete la Fundación Santa María. La institución cultural pretende desarrollar este nuevo proyecto en el mes de octubre, con financiación que espera recibir del Fondo de Inversiones de Teruel, FITE, correspondiente a este año.


La actuación en el claustro incluirá un lavado de cara de los restos más antiguos, del siglo XVI, representados en los contrafuertes y el arco apuntado; así como en las estructuras del siglo XVII. La intención es extender la restauración a uno de los elementos más singulares de su primera etapa: el vía crucis que recorre todo el pasillo compuesto de lienzos pintados al óleo. Las pinturas se encuentran incrustadas en los muros.


El gerente de la Fundación Santa María, Antonio Jiménez, señaló que a principios de los años noventa, el claustro fue objeto de un proyecto de restauración por parte de los alumnos de la Escuela Taller. Pero agregó que este patio requiere ahora una nueva actuación de saneamiento que consolidará los trabajos ya realizados hace más de veinte años.


Especialmente minucioso será el trabajo de restauración del retablo del altar mayor de la catedral, una pieza muy valiosa del escultor e imaginero Cosme Damián Bas. Antonio Jiménez destacó la dilación en terminar la obra debido a las penurias económicas de la época. La talla de las esculturas comenzó en 1556 y concluyó cuatro años más tarde, pero hasta cien años después no se terminó el proceso de dorado.


El retablo, dedicado a El Salvador, no presenta en apariencia graves problemas estructurales, pero Jiménez considera que dada su antigüedad "es seguro que planteará cuarteamiento de la policromía y lagunas". "La parte inferior, próxima al Sagrario, es la más deteriorada", añadió.


Desmontar las esculturas

Para llevar a cabo el trabajo de restauración se ha previsto desmontar las figuras que componen las diez escenografías del retablo, todas ellas alusivas a la vida de Cristo, con los evangelistas en las representaciones laterales. Las esculturas se trasladarán a las instalaciones del centro de restauración de la Fundación para su recuperación. La intervención en la mazonería deberá, sin embargo, acometerse en el propio templo ante la imposibilidad de desarticular esta estructura de madera donde se insertan las imágenes.


Los restauradores confían en poder localizar tras el retablo del altar mayor la única de las tres puertas que no se ha localizado todavía y que comunicaban el claustro con la catedral. Antonio Jiménez señaló que los trabajos de restauración en el interior del templo llevados a cabo en los últimos años han permitido rescatar dos puertas con conexiones directas entre el patio y dos de capillas. "Esperamos –dijo el gerente de la Fundación Santa María– encontrar este tercer acceso".

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