"Nuestros sueños, a diferencia de los de la lotería, son baratos"

La popular Carrera del Gancho dedicará su edición de este año al mundo circense y quiere destacar la labor de la escuela de circo social del Casco Histórico.

Los vecinos de San Pablo colaboran en los talleres para preparar el atrezzo de la Carrera.
Los vecinos de San Pablo colaboran en los talleres para preparar el atrezzo de la Carrera.
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Arlequines que desafiarán el equilibrio con posturas imposibles, figuras gigantes que recorrerán las calles con movimientos estrambóticos y coloridas puertas que se cerrarán de un día para otro la plaza de San Pablo. Todo esto no será obra de un circo profesional, sino fruto de una entregada y desinteresada colaboración vecinal.


Un año más –¡y van doce!–, los vecinos del Gancho llevan semanas trabajando en los preparativos de su Carrera, el evento festivo que cada año tiñe de alegría este céntrico barrio zaragozano y que este 2015 se dedica al circo. Cada martes y jueves desde el pasado 4 de agosto, los voluntarios se reúnen en el número 72 de la avenida de Cesaraugusto, conocido como Hotel de Entidades, para ir calentando motores.


Con la ayuda de Fernando Lasheras y su compañero David, van tomando forma los decorados y atrezzosque harán que el 19 y el 20 de septiembre las calles del Gancho se llenen de carromatos, payasos, forzudos, acróbatas y demás componentes del mayor espectáculo del mundo.


Lasheras explica que la decisión de dedicar la Carrera –que en aragonés significa ‘calle’– al mundo del circo vino del intento de "juntar lo universal y lo local, lo más cercano". También sirve para reivindicar la labor de la escuela de circo social que se está montando en Las Armas.

Un montón de propuestas

Para transformar cada esquina y recoveco en un espectáculo de color, las propuestas abarcan desde carteles y murales anunciando el programa hasta la instalación de varias puertas en las calles de acceso a la plaza de San Pablo. Incluso se renombrarán los distintos espacios donde se desarrolle la Carrera, y por unas horas los viandantes podrán pasear por el callejón de Houdini o la calle de la Desaparición. Además, se organizarán pasacalles festivos con payasos, músicos y carromatos caseros tirados por bicicletas.


Está previsto que se monten barracas y atracciones que configuren una particular ‘feria de los imposibles’, aunque el misterio de qué habrá en ella no se desvelará hasta el próximo mes. Todo se completará con talleres (ya hay uno anunciado de maquillaje circense) y, además, en uno de los centros cívicos y con la colaboración de los niños del barrio se prepara un particular homenaje a la película ‘LesKiriki’, del cineasta aragonés Segundo de Chomón.


Todo esto es posible gracias a la participación de los vecinos, que "cada año va a más aunque los recursos vayan a menos", comenta Lasheras. Y es que si algo destaca de los voluntarios que colaboran es su inmensa implicación. Como la de Carmen, vecina del barrio que se interesó por los talleres al ver un cartel. "Y ya van cinco años", dice ilusionada, antes de añadir:"Si la gente supiese lo divertido que es, aun participarían más personas". La materia prima para construir toda la tramoya también tienen un importante componente colaborativo, ya que lo suele aportar gente que ha pasado otros años por los talleres. Cartón para reciclar, papel de periódico o pinturas para niños son los materiales con los que se está construyendo este circo social.


"Nuestros sueños, a diferencia de los de los anuncios de lotería, son baratos", resumen los organizadores, que aún tienen por delante muchas horas de trabajo para que en septiembre puedan exclamar aquello de:"Ladies and gentlemen, pasen y vean el maravilloso mundo del circo".

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