Once caras nuevas y una base fuerte para armar un bloque competitivo

El Zaragoza ha remozado su vestuario en busca de mayor solidez táctica, una mejor defensa y una plantilla con más recursos.

El Real Zaragoza de la pasada campaña se quedó a solo 7 minutos del ascenso a Primera División en la promoción frente a Las Palmas. Fue tremendamente meritoria la temporada de un bloque corto, con solo 18 fichas profesionales a causa de la sanción de la LFP por impagos de la anterior propiedad de la SAD. Pero aquel equipo, hecho a toda prisa al final del verano pasado, estaba abocado a sufrir un desmantelamiento importante, ocurriese lo que ocurriese en la clasificación final. Y así ha sido.


Varios de los futbolistas que armaron aquel plantel estaban cedidos y su destino tendía a no repetir en Zaragoza. Son los casos de Borja Bastón, Willian José, Eldin Hadzic, Ruiz de Galarreta o Basha. Otros, por su rendimiento, también han quedado fuera de los planes de este curso: Tato, Lolo y Whalley. También estaba asumido que, por motivos económicos, ni Fernández ni Álamo podían continuar. Así ha ocurrido.


Así que el club ha debido buscar recambios que garanticen una mejora global en la plantilla. A falta del cierre del mercado, el próximo día 31, han llegado 11 caras nuevas. Los delanteros Ángel y Ortuño. El portero Manu Herrera. Los defensas Marc Bertrán e Isaac. Los mediapuntas Hasegawa, Hinestroza y Jorge Díaz. Y los centrocampistas Morán, Wilk y Diamanka. Repiten cesión Bono y Jaime. Y se conserva la base de los veteranos Pedro, Dorca, Mario, Cabrera, Rico y Vallejo. Falta por ver qué sucede con Abraham, Rubén y Alcolea, que aún podrían salir por motivos económicos, dando paso a algún fichaje de última hora.

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