En ese sentido, reconoció las dificultades que este agujero económico implica, aunque se comprometió a que en ningún caso volverán a repetirse los problemas de abastecimiento de productos que se registraron en algunos hospitales a finales de 2013.

Ante esta delicada situación heredada del anterior Ejecutivo autonómico, el titular de Sanidad confió en que el consejero de Hacienda, Fernando Gimeno, consiga del Gobierno central más ayuda para hacer frente a este descubierto y a los otros 100 millones que hacen faltan para pagar las nóminas del personal de Educación y Sanidad hasta final de año (no se ha consignado el dinero para noviembre y diciembre).

Pero mientras se intenta negociar esta financiación extra, Celaya avanzó que el Departamento tendrá que optar por otras soluciones "que ya se venían haciendo", como el aplazamiento de facturas al año que viene. Sin embargo, apostó por no retrasar determinados pagos, como las deudas mantenidas con los proveedores. Consideró que ponerse al día con este colectivo redunda en beneficio de la actividad económica de toda la Comunidad, ya que al darles liquidez puedan hacer más inversiones y contratar a más gente.

Celaya aseguró que la Administración autonómica está estudiando cómo paliar este déficit, pero hizo hincapié en que el profesional sanitario puede estar tranquilo "porque no se van a llevar a cabo más recortes". "Se ha demostrado que recortando no se consigue paliar ese déficit", subrayó. Abogó por que ese ahorro se consiga a través de una mejor gestión de los recursos y "hacer más eficiente la labor de los sanitarios".

"Las compras se pueden hacer de otra forma o se puede ser más eficiente en el uso de ciertos materiales. Esto depende mucho de los profesionales sanitarios, de que se conciencien de cada vez que utilizan un guante, cualquier material...", señaló. "Aunque el problema es que no hay financiación suficiente para atender las necesidades", insistió el consejero socialista.

Explicó, de hecho, las peculiaridades de su departamento, que es actualmente el que más deuda acumula, porque –según puntualizó el consejero– "es la actividad más importante que tiene la Comunidad autónoma". En concreto, Sanidad acumula 350 millones de euros del agujero económico de casi 600 que la consejería de Hacienda ha detectado en la DGA.

Para Celaya, esta situación es normal ya que la asistencia sanitaria supone el 35% del presupuesto de Aragón y aunque haya déficit tiene que "seguir cumpliendo" día a día. "Podemos parar de hacer carreteras, nuevas escuelas... Pero la asistencia no se puede aplazar", puntualizó.

A raíz de esta ‘crisis’, el exconsejero de Sanidad Ricardo Oliván impulsó la puesta en marcha de un almacén central para el material sanitario. Está previsto que lleve el control y suministre de determinados productos a todos los centros sanitarios de la Comunidad. Aunque se anunció que este servicio –situado en Plaza– comenzaría a funcionar ya en el mes de junio, según ha podido saber este periódico, se ha retrasado por cuestiones técnicas.

El consejero de Hacienda, Fernando Gimeno, también ha reconocido en varias ocasiones que la situación financiera de la Comunidad "es muy complicada" y no se podrá resolver de aquí a final de año. Por ejemplo, además del desfase detectado para pagar las nóminas de los trabajadores de Educación y Sanidad y a los proveedores sanitarios, el presupuesto no ha consignado tampoco partida suficiente para hacer frente al pago de los conciertos educativos con los colegios.