"Nos esforzamos por reproducir las dinámicas familiares"

Educadores y trabajadores sociales programan actividades para reproducir una dinámica familiar.

"Nos esforzamos por reproducir las dinámicas familiares"
"Nos esforzamos por reproducir las dinámicas familiares"
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Para algunos niños los centros de acogida son solo lugares por los que pasan cuando son demasiado pequeños para recordarlo o meras estancias temporales antes de ser reubicados en familias de acogida o de adopción. Otros, sin embargo, recordarán siempre estas residencias como su hogar más estable hasta la mayoría de edad.


Este verano, los centros de acogida de Aragón dan cobijo a 212 menores que carecen de un núcleo familiar seguro. Los educadores y trabajadores sociales se esfuerzan por diseñar actividades y ofrecerles opciones de ocio que les permitan disfrutar del verano como a cualquier otro niño.


En los hogares para adolescentes la labor se complica, porque no hay que olvidar nunca el objetivo principal: dotarles de la autonomía suficiente para que el día de mañana sean capaces de desenvolverse en la vida por sí mismos. "Lo más probable es que a estas edades ya no vuelvan con sus familias ni sean acogidos por otras así que se contemplan como Hogares funcionales para la Autonomía", aclara Carmen Alegre, directora de la residencia Villacampa, un hogar para adolescentes gestionado por la Fundación Federico Ozanam a través de un concierto con el IASS.

Reproducir la dinámica familiar

Alegre explica que en su centro se esfuerzan por reproducir una dinámica familiar, tanto en el ocio como en los estudios, y cuenta que ahora en verano la metodología a la hora de programar y diseñar actividades es fundamental. "Como nuestros chicos son adolescentes, si queremos que una actividad tenga éxito hay que contar con su participación y tener en cuenta sus intereses".


Por eso celebran asambleas periódicas y tienen carteles de participación donde los residentes escriben ideas de lo que les gustaría hacer en los días de verano. Unos han participado en campamentos, otros se han apuntado a las actividades de las casas de juventud y la mayoría utiliza sus bonos mensuales para ir a la piscina con amigos del instituto. Pero no solo hacen actividades por su cuenta sino que, según Alegre, actúan también como una gran familia: al finalizar el curso hicieron todos juntos un viaje a la playa, antes de que terminen las vacaciones tienen prevista una excursión a Anento y además celebran sesiones de cinefórum y talleres lúdico-educativos en la propia residencia.

Enseñarles a ser independientes

"De vez en cuando hacemos talleres de masterchef y se les acompaña a comprar los ingredientes. Así aprenden a hacer la compra, a cocinar y además se divierten juntos", explica la directora. Como ésta, los distintos centros de acogimiento de menores de Aragón programan otras actividades para desarrollar las habilidades de los chicos y dotarles de los recursos necesarios de cara al futuro: "Sobre todo tienen que conocer los recursos existentes y que están a su alcance, así que además de dejarles tiempo para el ocio hacemos talleres sobre cómo funcionan los bancos o el INAEM y les explicamos para qué están los trabajadores sociales o al Instituto de la Mujer y cómo pueden recurrir a ellos a estos servicios". 


De los 212 menores que viven ahora en centros de acogida, la administración autonómica ejerce la tutela firme sobre 168 de ellos, y la tutela cautelar (provisional mientras se resuelven los procedimientos judiciales) sobre 16. Los otros 7 están siendo 'guardados' por el IASS mientras se resuelve una situación conflictiva en sus hogares de origen.

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