En ningún deporte goza Aragón de una presencia tan sensible en la élite como en el balonmano, con dos clubes censados en la Liga Asobal. Después de un curso pasado repleto de incertidumbre, el BM Aragón y el BM Huesca se preparan para luchar en una competición en la que solo el Barça es inaccesible para los aragoneses. Con todos los demás pueden pelear de igual a igual los conjuntos que gestionan Demetrio Lozano y José Francisco Nolasco.

Sigue en pleno proceso de rehabilitación el BM Aragón. El año pasado por estas mismas fechas estuvo a punto de desaparecer. Atrás quedaba una década de presencia notable en la Asobal, sazonada por abundantes incursiones en Europa, con una final de la Recopa incluida. Arruinado, sin patrocinadores, sin jugadores, rescató el futuro Eduardo Acón, el único valiente que apareció cuando el club estaba muerto en la bañera. Desde entonces, desde el verano pasado, decir BM Aragón es decir Eduardo Acón.

Comenzó de la nada o de la casi nada en el verano de 2014. Dado por descendido a final de la primera vuelta, Acón supo reconstruir el equipo. Reconstrucción a lo grande. Tapó los agujeros de la nave con tres jugadores de primera fila. Eduardo Acón y su conocimiento del juego, y la capacidad de seducción del abogado Vicente Gracia Forcén convencieron para que regresaran a las pistas tres leyendas del balonmano español: el portero Julio Rodríguez, el lanzador Demetrio Lozano (que también era y es el entrenador), y el central Álvaro Ferrer.

Con Julio, Demetrio y Ferrer, el BM Aragón fue el cuarto mejor equipo de la Asobal en la segunda vuelta. Solo el Barça le ganó en Zaragoza. A los demás no solo les ganó: los sacó de la pista. Se salvó de calle, jugando de cine. Equipo para soñar. Pero sus exhibiciones no pasaron desapercibidas en la Asobal. Los grandes se lanzaron a por los talentos que cobijaba el BM Aragón: el pivote Val firmó por el Naturhouse; el central Ferrer, por el Granollers; y el prometedor zurdo Del Valle, por Anaitasuna.

Ni Acón ni el BM Aragón se rinden. Julio y Demetrio siguen, igual que Amadeo Sorli. Llega el primera línea Agustín Vidal (BM Cuenca), el zurdo Juande Linares (Barça), y regresan los pivotes Penón (Bidasoa) y Egea (Valladolid), y el extremo mágico Toño Cartón (Huesca). El central Borja Lancina (Barça) completa un equipo capaz de desarrollar un buen balonmano.

Este 2015 el BM Huesca sopla 20 velas como club. Solo dos décadas de historia, pero que han dado para mucho. Para llegar a la élite del balonmano español, y para convertirse en el primer equipo de la capital oscense en participar en competición europea. Todo esto siempre con el cartel de equipo humilde, que en los peores momentos de este deporte a nivel nacional consiguió hacerse un hueco en la élite al colocar sobre la mesa de los jugadores la garantía de cobro a final de mes en lugar de cheques abultados.

El BM Huesca, reconvertido en la pasada campaña en Bada, ha seguido una trayectoria tan ascendente que roza la vertical, pero que el pasado año se vio frenada por la plaga de lesiones que sufrió, y que lastraron al equipo hasta el punto de ver cómo había en la enfermería más jugadores de los que Nolasco tenía a su disposición sobre la pista.

Después de ese año, que todos en el club coinciden en señalar como un año para olvidar –aunque también aprender–, los oscenses se niegan convertir ese curso en un punto de inflexión, y aspiran a que solo sea una parada, una lección para el futuro.

Volver a disputar la EHF es el gran objetivo del equipo, que busca emular los hitos que se consiguieron hace dos campañas, cuando además de disputar competición europea se jugó también la Copa Asobal y la final a cuatro de la Copa del Rey.

Para ello, ha realizado seis incorporaciones y ha revolucionado su plantel técnico, con nuevo segundo entrenador, preparador físico y fisioterapeuta.

Pejanovic es la gran apuesta para la portería, que a sus 41 años demostró la pasada campaña en Granollers seguir en perfecta forma. Una veteranía que contrasta con la juventud de su compañero bajo palos, Daniel Arguillas.

En el pivote, Martín Doldan llega para a cubrir la salida de Ander Ugarte al Anaitasuna, y Albert Puyol la de Molina en el lateral. Y lo visto en los primeros entrenamientos deja claro que están lejos de ser simples sustitutos. Muchos kilos y centímetros avalan a los dos jugadores.

Un físico diferente al de las otras dos incorporaciones oscenses para los extremos: Álvaro Cabanas, procedente del Villa de Aranda, considerado una de las promesas del balonmano nacional, y Oíer García, que da el salto desde el Barakaldo.

Aunque el fichaje más importante para los oscenses es la recuperación de Eloy González, que afronta su cuarta campaña en el club, pero al que una lesión de ligamentos durante el verano de 2014 le impidió disputar ningún partido en competición.